Una española que vive en Irlanda, indignada con lo que pasa por las tardes: «Tengo muchas ganas de mudarme»

Nieves, originaria de Sevilla, cuenta cómo su vida ha cambiado radicalmente en comparación con la que llevaba en su ciudad natal.

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María Albert

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«Yo soy de Sevilla de toda la vida y he vivido en Sevilla capital, entonces... estoy acostumbrada a salir de casa y tenerlo todo a mano», comenta en su testimonio. Sin embargo, vivir en un pueblo irlandés ha supuesto un giro completo a su rutina.

Uno de los aspectos que más le cuesta asimilar son los horarios de los comercios en Irlanda, un factor que refleja las diferencias culturales y que puede llegar a afectar el ánimo de quienes provienen de otros países. «Ayer quedo con dos amigas a las 7 de la tarde... yo soy consciente de que está todo cerrado, pero bueno, para dar un paseo algo habrá... ¡todo cerrado!», relata Nieves indignada.

Las tardes en Irlanda son un reto para esta sevillana, acostumbrada al bullicio y vida social de su tierra natal. A las 7 de la tarde, todo está prácticamente cerrado, lo que deja pocas opciones de ocio: «Acabamos yendo como tres marujas al Aldi a comprarnos tres helados... y mirar las cosas rebajadas», comparte con un tono entre resignado y humorístico.

Esta experiencia subraya lo difícil que puede ser adaptarse a un país donde las costumbres y ritmos son tan distintos. Como dice Nieves, «obviamente tengo muchas ganas de mudarme», reflejando los retos que enfrentan muchos expatriados en su proceso de adaptación.