Una española de viaje en Corea del Sur enseña su apartamento y no da crédito con la plaza de parking: «Aprovechada para tirar toda la basura»

En todo caso, aunque cada vez conocemos más sobre el país también es cierto que todo lo que se sabe de su vida allí suele sorprender. La influencer española Noa Cruz, que suele triunfar con sus virales en su TikTok (@noacruzzzz) sobre viajes, ha estado recientemente allí y ha quedado alucinada con muchos aspectos del país y su capital, Seúl.

Así, ha subido vídeos de la comida callejera o de salir de fiesta en ese ambiente pero una de sus publicaciones más sorprendentes tiene que ver con el apartamento de 13 metros cuadrados en el que ella y la amiga con la que viajaba se hospedaron. Supera los 340.000 visualizaciones y casi dos meses después sigue despertando mucho interés.

Noa empieza mostrando que el alojamiento está en un barrio que «no es muy preciado» y parece ser de una zona obrera y también enseña las instalaciones del edifico, «que no tienen desperdicio alguno» y que corroboran que «en Seúl aprovechan absolutamente todo».

El mejor ejemplo es que muestra una plaza de parking que está «aprovechada para tirar toda su mierda». De la zona de buzones ironiza con el hecho de que un vecino pueda estar muerto ya no tiene más espacio para cartas y mientras pasa por allí se sorprende con el hecho de que sigue encontrando bolsas de basura.

La joven accede con un pin secreto al interior del edificio y enseña donde está el conserje y ya, pasando por los pasillos oscuros mientras llega a su puerta, bromea con que «aquí mínimo han secuestrado a cinco personas». Ya dentro de su apartamento empieza enseñando curiosidades del baño, como el hecho de que justo al lado de la pica haya una especie de ducha. «No tenemos espacio: ni un mueble ni nada para dejar las cosas. Entonces tenemos que dejarlas por donde pillamos», explica mientras lo ejemplifica mostrando que encima del calentador tiene productos de higiene.

«Aquí ya tenemos la joya del pastel», sigue ella queriendo decir la joya de la corona mientras se adentra en el salón comedor y enseña que los techos son muy bajos. «¿Cuánto medirá esto?», se pregunta ella. Noa enseña la parte de la cocina, que tiene algunos productos como unas pajitas de fresa.

El sofá, en el que «no puedes ni tumbarte» porque es muy pequeño, también le hace gracia y, por otro lado, también destaca la comodidad de la cama, que la tienen en el suelo. Noa enseña también las vistas, a una fábrica, y que la ventana tiene un estor que sirve para el proyector. «El problema viene cuando queremos ver una película...», avisa ella antes de mostrarla a ella y a su compañera de apartamento peleare por estar tumbadas en el sofá.