Un español que vive en Suiza, alucinado por lo que encuentra en plena calle en este país: «Es una locura»

En todo caso, también ocurre a menudo que cuando los españoles viajan a otro país encuentran choques culturales en otros países. Es habitual, por ejemplo, alucinar con la limpieza de las calles o la falta de restaurantes con mesas al aire libre. Y además existen infinidad de detalles de otras culturas que sorprenden, como los puestos al aire libre para comprar alimentos sin presencia de vendedores, que muchos creen que no podrían existir en España.

Ahora le ha ocurrido a Abel García Ramos, un español que se mudó en junio a Suiza para empezar una nueva vida. Desde allí ha contado sus inicios buscando trabajo o si merece la pena estar lejos de casa pero ganar mucho más que en España pero también ha enseñado detalles que le sorprenden, como encontrarse con barbacoas al aire libre, con leña y materiales, para poder comer. Esta misma semana ha enseñado en su TikTok (@abelgarciaramos_) otra peculiaridad de las calles de allí que le ha dejado alucinado.

«Os lo juro que Suiza no para de sorprenderme», empieza Abel su vídeo, mientras se ve que va por la calle. Y acto seguido pregunta a sus seguidores si «habéis visto algún país donde tengan una escalerita para que el gato suba a su piso y luego baje a darse sus paseos». Las imágenes muestran una estructura de este tipo.

En efecto, se ve a una rampa con escaleras instalada entre un primer piso de una vivienda y la reja que separa un jardín del exterior de la calle. Efectivamente, no cabe ninguna duda de que está colocada expresamente para ayudar a gatos a salir del recinto privado y poder subir sin problemas al interior del domicilio.

«Es una locura esto», remarca Abel al final de su breve vídeo, en el que añade por escrito que se trata de «arquitectura de gaticos». La publicación está sorprendiendo mucho en TikTok, y en menos de una semana supera las 34.000 visualizaciones, además de más de 1.500 reacciones positiva y un centenar de comentarios con apuntes variados.

Así, algunos han cuestionado la medida ya que «la escalera va directa a la calle, con los coches es un gran peligro para el gato», mientras que otros han aplaudido la medida y destacado que «Suiza es un país muy cívico» y más adelantado que España. «Lo que me sorprende no es la escalerita, sino que los vecinos lo hayan permitido...», añade un tal Blas.