Un español prueba una ración militar de 1990 de Irak: «No huele tan mal»

Arunciante prueba una ración militar de la guerra de Irak que lleva más de 30 años caducada. «Esto huele al cajón de la cómoda de tu abuela. El formato es totalmente diferente. Y las texturas no son muy apetecibles«, señala. En la bolsa que abre hay bebidas, una de lima-limón y otra de cacao, una cuchara, una gelatina de manzana, el pan de cracker, así como leche en polvo y café instantáneo, sal y azúcar, una toallita refrescante, »veremos a ver si no está seca«, exclama. Y por último, pañuelos de papel, tabasco, cerillas, chicles o compota de manzana. También trae cerdo con arroz y salsa barbacoa.

Aunque el sabor o su estado es dudoso después de tanto tiempo. «No huelen mal, pero huelen raro. Es curioso que después de 30 años las toallitas aún sigan estando húmedas. Bueno y qué decir del M&M, el chocolate sigue manteniendo su sabor, pero muy terroso, porque claro ha perdido toda la humedad», describe. Las crackers al llevar harina duda si han podido aguantar bien el paso del tiempo y lo mezcla con la gelatina. «No sé si es sano comerse esto», afirma. «Si no le dicen que está caducado no se da cuenta», comenta.

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En cuanto a «la compota- parece el vómito de una cabra- estas cosas con tanta azúcar suelen conservarse medianamente bien porque el azúcar en esas proporciones son un buen conservante, y no está mal. Pero no es bueno para la salud...Tiene un fondo rancio, sin embargo ha aguantado muy bien 30 años. Y ahora sí, vamos a por el plato principal: el cerdo con arroz en salsa barbacoa», afirma.

Sin embargo, dado que estamos hablando de carne de cerdo, una vez caducado no son muy recomendables por lo que decide no probarlos. Y su cata final siempre termina con los mismo, los chicles, que aunque tengan tres décadas, «parece como si los hubieras comprado ayer», sentencia.