Un español en Estados Unidos sufre en primera persona una actuación policial: «Claramente un abuso de poder»
Tras lo sucedido, el joven no pudo ocultar su indignación
Una española que vive en Estados Unidos no entiende una costumbre de este país: «Nadie de la clase ha dicho nada»
Un español en Estados Unidos sufre en primera persona una actuación policial: «Claramente un abuso de poder»
Cuando alguien decide mudarse a otro país, el choque cultural no tarda en aparecer. Desde la gastronomía hasta las costumbres sociales, pasando por la burocracia y los servicios públicos, cada detalle puede convertirse en una sorpresa inesperada. Incluso en ámbitos que parecen universales, como ... el modo de actuar de las fuerzas del orden, las diferencias son evidentes. Así lo ha comprobado David, un joven profesor español en la East Carolina University, que ha compartido en sus redes sociales la que fue su primera experiencia con la policía en Estados Unidos, un episodio, que él mismo califica como «un abuso de poder».
El relato del profesor comienza en una jornada aparentemente rutinaria. «Nos quedamos en la oficina trabajando hasta tarde y, cuando acabamos, mi compañero me llevó en coche hasta mi casa», relató. Tras terminar su jornada, el joven español, que no conduce, había aceptado la cortesía de un colega puertorriqueño. El trayecto parecía tranquilo hasta que atravesaron una calle poco iluminada, habitual en sus caminatas. «Hostia, qué oscuro, ¿no te da miedo pasar por aquí por la noche?», le preguntó su compañero. El español respondió con naturalidad: «Bueno, no, de hecho generalmente a esta hora lo que hago es pedir un VTC».
«El tema es que ya estaba ahí mi casa, giramos a la izquierda y vemos que el coche de policía también nos sigue, se queda ahí detrás», señaló y, al detenerse, comenzó la escena que marcaría la noche. «Nos quedamos parados, mi compañero baja la ventanilla y dicen: 'Documentación'». A continuación, el policía les hizo una pregunta impensable en España: «A ver, no lleváis armas, ¿no?». Ante el desconcierto, ambos respondieron que no. El profesor español incluso ironizó con la escena: «Bueno, a ver, que podría haber sido sí, pero la respuesta fue no, porque no llevábamos armas, claro».
Entre la ignorancia y la arbitrariedad
La estrategia de los dos jóvenes fue identificarse de inmediato: «Decimos: 'Somos profesores de la universidad'. Y nos dice: 'Ah, profesores'». El español quiso mostrar su acreditación académica, pero el policía cortó de raíz cualquier intento: «Le voy a enseñar mi tarjeta de profesor y me dice: 'Me da igual que seáis profesores, documentación'».
La situación se tensó aún más cuando su compañero presentó su permiso de conducir expedido en Puerto Rico. «Entonces mi compañero saca su permiso de conducir de Puerto Rico y dice: 'Mmm, Puerto Rico', se va, estamos esperando y me dice: 'Uf, madre mía, cómo nos están tratando, ¿no?'». Mientras aguardaban, el español reflexionaba sobre lo que podría haber sucedido: «Yo con lo que he visto por redes, básicamente esperaba que nos reventaran el cristal, nos encañonaran, nos dijeran '¡al suelo!', poco más que eso». En comparación con esas imágenes, confesó que lo que estaba pasando «parecía casi un masaje».
El tiempo pasaba y la tensión no cedía. En un momento dado, su compañero intentó aliviar el ambiente sugiriéndole que saliera del coche para entrar en casa: «Estamos ahí esperando un rato y después de hablar un rato, mi compañero me dice: 'Bueno, bájate, tú ya estás en tu casa, tal'». Sin embargo, el intento terminó en un brusco reproche: «Abro la puerta y el policía me dice: '¡Quédate dentro!'». El joven obedeció sin rechistar.
La multa y la polémica
La historia culminó con una sanción al compañero del protagonista. «Te he multado por bla bla bla y por conducir sin permiso de conducir», les señaló el agente, y la reacción de ambos fue de incredulidad: «Nos quedamos como, ¿cómo que sin permiso de conducir?». El agente, convencido, replicó: «Esto es de Puerto Rico».
El profesor español quiso aclarar la confusión: «Ya, es de Puerto Rico, pero Puerto Rico es un territorio americano, no es un estado de Estados Unidos, pero está en Estados Unidos». En su explicación recordó que el país cuenta con territorios no estatales como el District of Columbia, Guam o las Islas Vírgenes. «Mi compañero es puertorriqueño y no tiene un pasaporte puertorriqueño, tiene un pasaporte americano», subrayó.
La contradicción se volvió aún más evidente cuando el español señaló: «Lo gracioso es que con qué permiso se supone que ha alquilado el coche para conducir, porque, luego el policía cuando acabó, se fue y le dejó continuar conduciendo sin permiso».
Tras lo sucedido, el joven español no pudo ocultar su indignación: «Eso es claramente un abuso de poder y el policía no estaba dispuesto a admitir que estaba equivocado». Aunque reconoció que se podría recurrir la sanción, matizó que era inviable: «Eso se podría apelar, etcétera, pero mi compañero no vive aquí, no puede estar yendo al juzgado por una multa de unos cientos de dólares, que no es tampoco la multa, pero es una multa y es injusta». Y, para concluir, confesó: «Eso es una mezcla de corrupción policial, ignorancia o alguna de las dos».
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