Un empleada de una mansión española explica cómo es su día a día en el trabajo: «Sobrevivimos»

Fran asegura que la casa «siempre está en orden, «pero la nevera estaba vacía por razones obvias». «Fui a la despensa y repuse algunas cosas», ha indicado. Asimismo, ha enumerado todas las tareas que le toca hacer.

Lo primero que hace es quitar el polvo del bar que, según ella, «aparece cada media hora». Seguidamente, pasa a los baños. «Hice un pedido a Rituals con productos. Metí todo en mi canasta y fui reponiendo lo que estaba vacío o quedaba poco», comenta.

También limpia los cristales porque «es algo que se ensucia constantemente». Para la piscina y el spa, busca toallas limpias. «Cuando no hay nadie no las pongo», explica.

Una de las tareas más complejas es arreglar el patio. «Me puse para sacar toda la maleza que crece descontroladamente. Con una manguera y un paño quitamos todas las cacas de pájaro», señala.

Asimismo, va al supermercado, aunque antes para en una gasolinera para lavar el coche. Dice que la compra la ha hecho de manera «eficiente» y luego vuelve a casa.

«Me puse a ordenar todas las cosas que habíamos comprado, empezando por el frigorífico, el congelador y la despensa. Repuse las bebidas y en mi bodeguita ordené las botellas de agua», añade.

Mientras los dueños llegan, se dedica a aspirar la entrada «para tenerla perfecta». «Saque la basura hacia los basureros que tenemos en el jardín. Fui a recoger limones, pero los árboles no están en su mejor momento, aunque pude sacar algunos para ponerlos en la cocina», sostiene.

Como último detalle, pone aromatizante y prender un vela. «Huele muy rico», asegura.

Lo primero que hace Fran cuando los dueños llegan a la mansión ha sido bajar el equipaje. Después se pone a planchar. «Repasé las camisas del jefe, que siempre están arrugadas», dice.

«Ayudé a cocinar porque todos querían participar, fregué los platos y me puse a ordenar», afirma. Cuando ya ha hecho todo eso, se marcha para aprovechar su tiempo libre y tomar algo.