¿Te duchas nada más acabar el gimnasio? Un médico explica por qué es un error
Hacerlo demasiado rápido tras entrenar podría llegar a ser perjudicial
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Después de una intensa sesión de ejercicio, lo más habitual es correr a la ducha para quitarnos el sudor. Sin embargo, lo que pocos saben es que ducharse demasiado rápido tras entrenar puede no ser tan beneficioso como parece. De hecho, podría llegar a ser perjudicial para ciertos aspectos de la salud.
Sobre este tema ha hablado recientemente el Doctor José Manuel Felices, un profesional sanitario que divulga sobre diferentes aspectos de la salud en redes sociales. En una de sus últimas publicaciones en Instagram, ha explicado por qué ducharse justo al acabar de entrenar puede ser incluso contraproducente, y ha detallado qué ocurre en el cuerpo durante esos minutos posteriores al ejercicio.
¿Por qué no es bueno ducharse justo después del ejercicio?
El experto asegura en el vídeo que durante la actividad física, los músculos generan calor al quemar energía, lo que provoca un aumento de la temperatura corporal. Para regularla, el cuerpo dilata los vasos sanguíneos y activa la sudoración. El sudor se evapora sobre la piel y ayuda a enfriarnos de forma gradual. Si interrumpimos este proceso con una ducha inmediata, especialmente si es con agua fría, el sistema de autorregulación térmica se desajusta, pudiendo causar mareos o incluso desmayos.
Además, el sudor no es solo un mecanismo de refrigeración: también transporta toxinas hacia el exterior del cuerpo. Si nos duchamos de forma precipitada, no damos tiempo suficiente para que este proceso se complete, y puede quedarse la sensación de que seguimos sudando incluso después del baño. Esto se debe a que la piel no ha terminado de excretar todo lo que debía eliminar.
Otro factor que el doctor asegura que hay que tener en cuenta es que el sudor tiene un pH ligeramente ácido que protege la piel frente a bacterias y agresiones externas durante el ejercicio. Si nos duchamos enseguida, especialmente utilizando jabones alcalinos, rompemos ese equilibrio natural, lo que puede derivar en irritaciones, sequedad o una mayor sensibilidad en la piel.
¿Significa esto que no debemos ducharnos tras entrenar? En absoluto. Lo que recomienda el doctor es esperar unos 15 minutos antes de hacerlo, tiempo suficiente para que el cuerpo regule su temperatura y termine su proceso de eliminación de toxinas. Durante ese rato, se puede aprovechar para hidratarse, estirar, comentar la sesión con otros o simplemente relajarse antes de disfrutar de una ducha realmente efectiva.
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