Según explican fuentes policiales, las explicaciones del hombre no fueron suficientes. Cuando recibió el ticket de la cuenta, sacó su teléfono móvil para pagar, pero tras varios intentos en los que los camareros no pudieron cobrarle, empezaron a saltar las alarmas: sospechaban de que estaba intentando hacer un 'simpa'.
La actitud del hombre hizo que llamaran desde el restaurante a la policía. Una patrulla se personó y el cliente fue impelido a pagar con las numerosas tarjetas de crédito que portaba o con el dinero en efectivo que, según aseguraba, llevaba encima.
Aunque los policías y los propios camareros le insistían en que pagara, advirtiéndole de que iba a costarle una sanción seria, él se negó en rotundo sin dar más explicaciones, por lo que no tuvieron más remedio que detenerle acusado de estafa.
La indignación de los responsables del restaurante era mayúscula. El menú que consumió el cliente constó de varias botellas de champán francés y marisco, especialmente bogavante, que se trata de uno de los productos del mar más caros que tenían en la carta.
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