Una brasileña que vive en España habla de la ausencia de una profesión en nuestro país que es muy común allí: «Debe ser por la delincuencia...»
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En España, como en muchos otros países, el paso del tiempo y el avance de las nuevas tecnologías pero también los cambios sociales y económico ha hecho que algunas profesiones hayan desaparecido o sufrido una profunda transformación. Solo hace falta ver los cambios que han supuesto, por ejemplo, las fábricas con líneas de montaje, que han reducido a la mínima expresión algunos empleos.
El listado de estas profesiones en vías de extinción es largo: lecheros, faroleros, operadores de telégrafo, vendedores de billetes, campaneros o pastores puede que estén a punto de desaparecer, aunque muchos intenten reflotar el sector como sea. Ahora, una brasileña ha constatado una profesión que es muy poco común en España, de hecho para ella no existe.
Ella es Amanda Witkowsky, una 'tiktoker' que lleva cinco años viviendo en Madrid y muy contenta con su vida actual. En su cuenta (@amandawit.br) suele explicar choques culturales y hace unos días explicó un choque cultural que todavía tiene, relacionado con una profesión, y que confiesa que «es una razón que me estresa».
«Deberían estar muy valorados»
La joven comenta que no se acaba de acostumbrar a algo que ha detectado en España y que, en realidad, no sabe si es habitual en toda Europa. «¡Los porteros de fincas no existen!», exclama ella, que remarca que cómo máximo ha visto conserjes, «pero no hacen el papel de portero como en Brasil», donde esta profesión es habitual.
@amandawit.br coisas que eu ainda não me acostumei de morar na Espanha e a falta que faz algumas coisas normais do Brasil #morarnaeuropa #europa #brasileirospelomundo #morarnaespanha #espanha ♬ original sound - Amandawit.br
Así, desvela que en su país natal «muchas más personas tienen portero, como cinco en todo su edificio, y están allí las 24 horas del día». Amanda apunta que «entiendo que igual debe ser por la delincuencia y todo lo demás que existe....» pero, en todo caso, tiene una petición clara: «necesito un portero en mi vida».
«Los porteros deberían estar muy valorados porque tienen un trabajo de quedarse ahí», aplaude ella, que contrapone con los perfiles similares que ha visto en España, que tienen un horario fijo. Amanda ejemplifica con la conserje de su finca, que no está siempre y que a veces, si ella está en la universidad o fuera de casa, tampoco le resuelve sus necesidades.
En este sentido, comenta que por la falta de portero odia comprar online y lo ejemplifica con una compra por Amazon que hizo. «Decía que podía llegar hasta las 22 horas: así que te tienes que esperar en casa para ver si llega», lamenta ella, remarcando que con un portero al estilo brasileño él se encargaría de coger le paquete.
Por todo ello, Amanda tiene una clara conclusión y consejo para sus compatriotas. «Tienes que valorar más a tu portero. Los porteros lo merecen todo siempre», sentencia ella, que reconoce echar de menos a su portero de Brasil.
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