Una asesora de negocios detecta una estrategia de los hosteleros de Madrid que les está haciendo perder dinero: «Hay que pensar un poquito»
La tiktoker @arleenpalencia, experta en el mundo empresarial, ha querido destacar un aspecto del sector de la restauración que cree que es contraproducente
La asesora laboral y la terraza de un bar en Benidorm
España es conocida por su gran cantidad y variedad de bares y restaurantes, especialmente en las grandes ciudades, aunque es casi imposible encontrar hasta un pequeño pueblo sin bar. Está en nuestra cultura.
Sin embargo, una de las peculiaridades de estos establecimientos es que ... muchos de ellos cierran la cocina durante ciertas horas de la tarde, lo que genera debate entre los clientes por un lado, y también la empatía de quienes entienden que, evidentemente, ha de haber unas horas de descanso entre comidas y cenas.
Recientemente, la tiktoker Arleen Palencia, quien cuenta con 1.5 millones de seguidores y es asesora de negocios, expuso esta práctica en uno de sus vídeos.
Mientras paseaba por Madrid, Arleen compartió su experiencia al intentar encontrar un lugar donde comer por la tarde. «Estoy en un restaurante en Madrid, que fue el único que me dejaron pasar porque era el único que tenía la cocina abierta, el resto me decían que estaba cerrada la cocina», relataba en su vídeo.
La asesora expresó su sorpresa ante el hecho de que muchos restaurantes cierran la cocina en momentos clave, especialmente durante los fines de semana.
«Mientras estaba sentada en la mesa habrán entrado unas 15 mesas a 100 o 150 euros, imagina lo que pierden esos restaurantes», comentó. Según Arleen, cerrar la cocina durante esas horas es un error estratégico: «¿Por qué tienen la comida cerrada a esta hora? Hay que pensar un poquito, sobre todo si es fin de semana».
A pesar de sus observaciones, muchos seguidores le respondieron que la pausa en el servicio es habitual para permitir el descanso del personal, con horarios de cocina de 13:00 a 16:30 y una reapertura a las 19:00 o 20:00.
Aún así, el debate sobre si esta costumbre afecta la rentabilidad de los restaurantes sigue abierto. «A ver si los restaurantes espabilan», sentencia, con el rótulo superpuesto en su vídeo.
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