Una andaluza que vive en Cataluña denuncia el trato que recibe de algunas personas por no hablar en catalán: «Son tres años de persecución»
La joven, que tiene un negocio en Cataluña, asegura no sentirse cómoda hablando el idioma por no tener buena dicción
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Una andaluza que vive en Cataluña denuncia el trato que recibe de algunas personas por no hablar en catalán: «Son tres años de persecución»
El catalán es mucho más que un idioma en Cataluña, ya que se trata de una seña de identidad cultural profundamente arraigada en la historia y la vida cotidiana de sus habitantes. Desde la escuela hasta los medios de comunicación y la administración pública, ... se promueve su uso como elemento vertebrador de la sociedad.
Sin embargo, el uso extendido del catalán puede suponer un reto para las personas que llegan a Cataluña desde otras regiones de España donde no se habla esta lengua y no solo por su aprendizaje, sino por la reacción hostil de cierta parte de la ciudadanía catalana.
Tal y como denuncian algunos recién llegados, existe cierto sector de la sociedad que exige que se hable catalán. Aunque la mayoría de los catalanes son bilingües y comprenden perfectamente el castellano, no usar esta lengua puede generar una sensación de exclusión o barrera social.
En este sentido, una joven andaluza, que vive desde hace varios años en Cataluña, ha denunciado en sus redes la actitud hostil de algunos catalanes por no usar su idioma. «No podéis obligar a la gente a hablar en catalán. Lo siento, no podéis», comienza diciendo Alba en un vídeo publicado en su cuenta de TikTok (@albalara_8).
Una andaluza denuncia el trato de algunos catalanes por no hablar su idioma
«Lo que cuentan por ahí de los catalanes no es verdad», asegura Alba, quien señala que «el 90% de los catalanes que he conocido son buena gente, cercanos, ayudan, son tolerantes...». Sin embargo, señala que «hay un grupito, pequeño, pero matón, que son muy pesados y quieren imponerte la lengua».
La creadora de contenido asegura que, desde que abrió un negocio hace tres años en la región, «me encuentro cada dos por tres» con esta situación. «Yo entiendo que no quieren que se pierda su lengua, lógicamente, pero no por ello puedes ir a imponérsela a los demás», reivindica.
Tal y como explica, en Cataluña se hablan dos idiomas: catalán y castellano. En este sentido, defiende, «yo soy libre de elegir en cuál quiero hablar». No obstante, la joven andaluza se muestra de acuerdo con que, para que no se pierda el uso de esta lengua, «eduques a tus hijos en catalán, que con tu gente cercana hables en catalán, que me hables a mí en catalán...».
Sin embargo, Alba relata que se ha encontrado a clientes que le han dicho 'hablas en catalán o no te compro'. «Pues no me compres», asegura la joven, que denuncia que lleva sufriendo «tres años de persecución». «Una vez hasta entró una señora en la tienda a gritarme 'poca vergonya, poca vergonya' porque no teníamos una de las pizarras en catalán y fue porque ni nos dimos cuenta», explica.
Alba defiende que en su establecimiento tiene los carteles y la carta en catalán. «Mi socio, que es catalán, te habla en catalán, o sea que no rechazamos el catalán, pero ¿a mí por qué me tienes que obligar a hablar en catalán si yo no me siento cómoda hablándolo porque no soy de aquí, no tengo el acento que tenéis ustedes y a mí no se me da bien vuestra dicción? No podéis obligarme», denuncia.
Para esta joven andaluza, la mejor manera de que el catalán no se pierda con el paso del tiempo es «siendo buena gente con los demás, dándoles la libertad de que se expresen como quieren y con tolerancia y respeto». «Cuando vais a cuchillo intentándolo no lo vais a conseguir, lo único que vais a conseguir es hostilidad», concluye.
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