Ana Velasco, historiadora: «El cambio horario tiene unas raíces antiguas que se remontan al siglo XVIII»
La experta reveló el entramado histórico que dio forma a esta costumbre que se remonta varios siglos atrás
¿Por qué el cambio de hora afecta a unos al cuerpo y otros a la mente?
Ana Velasco, historiadora: «El cambio horario tiene unas raíces antiguas que se remontan al siglo XVIII»
El próximo 26 de octubre todos los relojes españoles se retrasarán una hora. Sin embargo, cada año, cuando el otoño se asienta, millones de personas en España se preguntan lo mismo: si a muchos les parece más agradable el horario de verano, con tardes ... más largas y luminosas, ¿qué sentido tiene seguir ajustando el reloj dos veces al año? Lo cierto es que este ritual, tan cotidiano como controvertido, tiene una historia larga y compleja. Para comprender su origen y su persistencia, la historiadora Ana Velasco ha explicado en el espacio de Herrera en COPE, conducido por Alberto Herrera, el entramado histórico que dio forma a esta costumbre que, más que un capricho moderno, se remonta varios siglos atrás.
La experta recuerda que «el cambio horario tiene unas raíces antiguas que se remontan, al menos en teoría, al siglo XVIII», y que «tienen mucho que ver con la difusión de los relojes y con la Revolución Industrial». En aquel entonces, la humanidad comenzaba a organizar su vida en función del tiempo medido y no del Sol, y las sociedades industriales necesitaban un control más preciso de la jornada. Pero fue Benjamin Franklin, en 1784, quien lanzó la primera idea de ajustar los relojes para aprovechar la luz del día. «Sugirió en un artículo que se aprovechase la luz solar para ahorrar velas. Es verdad que no fue un cambio oficial, pero a partir de ahí, ya en el siglo XX, un británico, William Willett, habló de aprovechar las horas solares jugando con el reloj», detalla la historiadora.
Una medida nacida de la guerra y el ahorro
La especialista señala que el cambio horario como lo conocemos hoy tiene su origen en la Primera Guerra Mundial, cuando «Alemania decidió que, para ahorrar carbón y otros recursos energéticos, iban a adaptarse mejor a las horas solares». La idea se extendió rápidamente: «Esto se vio muy bien, y Reino Unido y otros países que participaban en la guerra cambiaron su horario. En la Segunda Guerra Mundial, el cambio horario volvió a usarse en relación con esta medida de ahorro energético», explica.
España no participó directamente en la contienda, pero no fue ajena a sus efectos. «Hablamos de 1918, la primera vez que se cambia la hora en España es en relación con la Primera Guerra Mundial y con el aprovechamiento del carbón. Luego ya esto se abandona hasta los años 70, cuando llega la crisis del petróleo en el 74, y es ahí cuando se dice que se va a hacer el cambio para ahorrar energía».
La medida, nacida de la necesidad, acabó institucionalizándose con el tiempo. «En 1981, la Comunidad Económica Europea dice que hay que hacer una directiva comunitaria para coordinar el cambio de hora y desde 1996 se fijan de forma estable las fechas».
Sin embargo, la verdadera anomalía española no está tanto en el cambio estacional como en el huso horario que el país adoptó en 1940. La historiadora lo explica con claridad: «En plena Segunda Guerra Mundial, la dictadura de Franco decidió alinearse con la Alemania nazi. El 7 de marzo de 1940, el Boletín Oficial del Estado publicó una orden ministerial que decía, literalmente, que se adelantaban 60 minutos la hora legal en la península y Baleares a partir de las 23 horas del 16 de marzo de 1940. De forma que España, que le correspondía el uso +0, como Portugal, pasa a ser +1, y este desajuste nunca se ha modificado».
El debate contemporáneo
A pesar de que se ha discutido mucho sobre la conveniencia del cambio horario, los avances hacia su eliminación se han estancado. «En 2018, la Comisión Europea lanzó una consulta pública sobre la eliminación del cambio de horario y un 84% de los votantes, más de 4,5 millones de personas, principalmente alemanes, se mostraron a favor de abolirlo», recuerda la experta. «Y en 2019, el Parlamento Europeo votó a favor de permitir a los países elegir el horario fijo, verano o invierno, fijando 2021 como posible año final del cambio. Desde entonces no ha pasado nada, porque hay falta de consenso».
Esa falta de acuerdo ha dejado a España en una especie de limbo legal y temporal. «Lo que sabemos es que hasta 2026 en España, en el BOE, se mantiene lo del cambio de hora del verano y de invierno», puntualiza. A partir de ahí, «sabremos más después de 2026, pero no parece que vaya a ocurrir nada», afirma con cierto escepticismo. «2026 es la última fecha que el Gobierno de España tiene fijado el cambio horario que vamos a hacer nosotros próximamente, el de invierno y el de verano. A partir de ahí, los siguientes gobiernos decidirán o veremos qué ocurre con la Comisión Europea y con el Parlamento Europeo».
La historiadora explica que «este cambio que vamos a hacer ahora nos afecta bastante menos que el que hacemos en primavera». Pero más allá del cansancio o el trastorno del sueño, el fondo de la cuestión tiene que ver con el modelo económico. «El hecho no es tanto adaptarse a nuestros ritmos circadianos y al desarrollo de la personalidad a lo largo del día con sus ritmos biológicos, sino aprovechar la economía».
En definitiva, lo que hoy consideramos una simple rutina estacional nació del intento de aprovechar mejor los recursos en tiempos de crisis y guerra. Como concluye la especialista, «el aprovechamiento de los recursos, igual que el racionamiento, son hijos de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial, y ese es precisamente el núcleo de por qué se cambia el horario».
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