Para 4
0.55€/pers.
377kcal/100g
Ingredientes
- 250 ml. de agua
- 100 g. de azúcar
- 8 huevos
- 100 g. de chocolate para postres (cobertura de chocolate)
- 10 g.de mantequilla (cobertura de chocolate)
- 100 g. de azúcar glas (cobertura de azúcar)
- 1 cucharada de agua (cobertura de azúcar)
Las yemas de Caravaca son un exquisito y delicado bocado que, una vez pruebas, es imposible olvidar. Típicas de la localidad murciana de Caravaca de la Cruz, se encuentran en los escaparates de todas sus pastelerías. Desde las básicas, rebozadas en azúcar glas, hasta las más golosas que se recubren con caramelo, con chocolate o con glasa.
Estos dulces de evocación monacal cuentan con una tradición de elaboración en el municipio de cientos de años y son un exquisito bocado. Y ¿sabes qué? Que te vamos a enseñar a prepararlas en casa. Porque no siempre podemos escapar a su lugar de origen a comprarlas y no nos vamos a quedar sí darnos el capricho como ocurre con las yemas dulces de Santa Teresa.
Se elaboran exclusivamente con yemas de huevo y azúcar, esa es la base. Después se pueden terminar de varias maneras, tal y como mencionado anteriormente. Son muy dulces e ideales para hacer las delicias de los más golosos, tanto mayores como pequeños. Una sola se sirve y se basta para matar ese gusanillo a dulce que a veces nos pica. Podemos presentarlas en sus moldes de papel rizado y quedar como auténticos profesionales de la repostería. Anímate a prepararlas en casa, se tarda muy poco tiempo en tenerlas listas y seguro que sorprendes a los tuyos con esta receta tradicional murciana que está de rechupete.
Receta de yemas de Caravana

Preparación de las yemas
- El almíbar es lo primero que se prepara, así que introducimos el azúcar en una cacerola y agregamos el agua.
- Calentamos la mezcla a fuego medio y dejamos que hierva a fuego medio durante el tiempo necesario para que alcance el punto de bola o de hebra fina. Es decir, 105ºC.
- A no ser que seamos expertos reposteros y tengamos bien dedicado el ojo, lo mejor para saber sí el almíbar ha alcanzado el punto necesario es usar un termómetro de cocina.
- Una vez listo retiramos el almíbar del fuego.
- Separamos las yemas de las claras. Guardamos estas últimas para otras elaboraciones y nos quedamos solo con las yemas.
- Las batimos con unas varillas para espumar ligeramente y, a continuación, añadimos el almíbar. Lo hacemos muy poco a poco, dejando que caiga en el bol en un hilo fino y mezclando con las yemas al tiempo que removemos para evitar que se formen grumos.
- Pasamos la mezcla de nuevo a la cacerola y la llevamos al fuego para cocerla a temperatura suave y sin dejar de remover.
- En unos 20 minutos habrá espesado bastante y se separará de las paredes del recipiente, así que la retiramos y la pasamos a un cuenco donde la dejamos enfriar (la podemos cubrir con papel film).
- Cuando la masa se pueda manipular con las manos, sin quemar, tomamos porciones de la misma y las boleamos.
- Las colocamos sobre una bandeja espolvoreada con azúcar glas para evitar que se peguen a la base.
- Así se podrían servir las yemas de Caravaca, rebozadas en una fina capa de azúcar glas, pero vamos a preparar dos coberturas: una de chocolate y otra de azúcar. ¡Que no falten opciones!











Para la cobertura de chocolate
- Calentamos el chocolate y la mantequilla en el microondas, a golpes de calor cortos de unos 30 segundos para que no se queme.
- Cuando esté fundido lo removemos bien y listo.
- Bañamos las yemas en el chocolate, las retiramos dejando que escurra el exceso y las dejamos enfriar sobre una tabla.



Para la cobertura de azúcar
- Introducimos el azúcar glas en un bol y agregamos pequeñas cantidades de agua, poco a poco, removiendo entre una y otra para integrar bien con el azúcar.
- Cuando obtengamos una masa maleable, pero densa, dejamos de añadir agua y rebozamos en ella las yemas.
- Escurrimos el exceso de glasa, las pasamos a una tabla y dejamos que la cobertura se endurezca al aire.
- Y ahora sí que sí, las yemas están listas para ser devoradas. Deliciosas en cualquiera de sus dos formas o sin cobertura alguna. Un bocado dulce con el que poner el broche de oro a cualquier comida.



Consejos para unas yemas de Caravaca perfectas
- Lo más importante a la hora de elaborar esta receta de yemas de Caravaca es controlar la temperatura de la cocción. El punto del almíbar es clave para que salgan bien. Sí no tienes un termómetro de cocina, mi recomendación es que te hagas con ello. Es un gadget muy fácil de encontrar, económico y que no ocupa apenas espacio. Seguro que les das más uso de lo que piensas.
- Por otro lado, la cocción de la mezcla de yema de huevo con el almíbar es también importante. Para en el momento en que la mezcla se empiece a separar de los bordes y la base de la cacerola. Sí te pasas, aunque estarán ricas, su textura tenderá a ser gomosa.
- Aunque os damos dos ideas de cobertura, lo cierto es que las yemas se pueden servir
- con un rebozado de azúcar glas y quedan estupendas.
- Puedes usar papelitos para presentarlas como en las pastelerías o emplátalas directamente sobre una fuente. A tu gusto.
Última revisión: 23 mayo 2025
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