Para 4
1.2€/pers.
145kcal/100g
Ingredientes
- 300 g de garbanzos cocidos
- 100 g de arroz redondo SOS
- 1 cebolla grande
- 2 dientes de ajo
- 1 zanahoria
- 1 tomate maduro
- 1 pimiento verde
- 1 hoja de laurel
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 1/2 cucharadita de comino molido
- 1 litro de caldo de verduras
- 80 ml. de aceite de oliva virgen extra
- Sal fina (al gusto de cada casa)
- Pimienta negra recién molida (al gusto)
Si hay un plato de cuchara que no falla, ese es el potaje de garbanzos con arroz. Barato, nutritivo y reconfortante, es una receta perfecta para los días en los que apetece algo de comida casera de la de toda la vida. Además, es de esas recetas que las abuelas han preparado durante generaciones, porque es sencilla pero llena de sabor. Y lo mejor de todo: solo ensucias una olla, así que menos fregoteo después.
Este potaje tiene su origen en la cocina humilde, cuando las familias aprovechaban lo que tenían en la despensa para hacer platos contundentes. El garbanzo ha sido un básico en la dieta mediterránea durante siglos, y el arroz, aunque llegó más tarde, se ha integrado perfectamente en nuestras recetas tradicionales. En muchas regiones, el potaje de garbanzos con arroz es una opción perfecta para los días de vigilia, ya que no lleva carne ni embutidos, aunque hay versiones que sí los incorporan.
Ese toque de arroz le queda delicioso. Para esta receta nosotros hemos elegido el arroz redondo de SOS en el que confiamos plenamente para este tipo de platos. Y si te gusta el cuchareo, seguro que te encantará el potaje de vigilia con espinacas y bacalao, otro clásico de la gastronomía española. También puedes probar unas lentejas estofadas con costillas de cerdo bien sabrosas o incluso un arroz caldoso con garbanzos, que sigue la misma línea de cocina tradicional y reconfortante.
Receta casera de potaje de garbanzos con arroz
Preparación de la base del potaje


- Pelamos y picamos la cebolla en brunoise, ya que queremos que se integre bien en el guiso sin encontrarnos trozos grandes. Hacemos lo mismo con los ajos, que podemos picar muy finos o incluso machacar si queremos que suelten más sabor.
- La zanahoria la pelamos y la cortamos en rodajas finas, aunque si prefieres, puedes trocearla en cubitos. En cuanto al pimiento verde, lo lavamos, retiramos las semillas y lo cortamos en dados pequeños.
- El tomate, que es el que va a dar un toque de sabor y color al guiso, lo picamos también en trozos bien pequeños. También podemos rallarlo o triturarlo, dependiendo de la textura que queramos conseguir.
- En una olla grande, ponemos un buen chorro de aceite de oliva y lo calentamos a fuego medio. Añadimos la cebolla y el ajo picados y los dejamos pochar con calma, removiendo de vez en cuando para que no se quemen. Este proceso es clave, porque una buena base de sofrito es lo que hace que el guiso tenga un sabor más profundo.
- Queremos que la cebolla se vuelva transparente y empiece a dorarse ligeramente, lo que puede tardar unos 8-10 minutos. Si ves que se pega un poco, puedes añadir una pizca de sal, que ayuda a que la cebolla suelte su agua más rápido.
- Cuando la cebolla esté bien pochada, incorporamos el pimiento verde y la zanahoria. Dejamos que se cocinen unos minutos más, removiendo de vez en cuando para que todo se haga de manera uniforme.








Preparación del potaje y presentación final
- Agregamos el tomate y mezclamos bien. Salpimentamos al gusto. En este punto, también es el momento de añadir las especias: el pimentón dulce y el comino molido. Es importante remover rápidamente después de añadir el pimentón, porque si se quema, puede dar un sabor amargo al guiso.
- Añadimos los garbanzos pasados por agua y escurridos a la olla. Cubrimos con el caldo. Ponemos también la hoja de laurel, que dará un toque aromático. Subimos el fuego hasta que el caldo empiece a hervir.
- Cuando hierva el caldo, añadimos el arroz directamente al guiso y repartimos por la cazuela. Dejamos cocinar entre 14 y 15 minutos (tiempo recomendado por SOS), removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo de la olla.
- Probamos el guiso, ajustamos el punto de sal si es necesario, y dejamos reposar 5 minutos. Si queremos que el potaje quede más caldoso, podemos consumirlo sin reposo, e incluso podemos añadir un poco más de caldo o agua caliente.
El potaje de garbanzos con arroz es una de esas recetas que nunca fallan. Un plato de cuchara de los de siempre, fácil de hacer y lleno de sabor. Y lo mejor de todo es que, como cualquier guiso, está aún más rico al día siguiente, cuando los sabores se han asentado. ¡Así que haz de más y disfruta de una buena ración al día siguiente!













Consejos para un potaje de rechupete
- Para que el potaje quede más sabroso, puedes usar un caldo casero. Si prefieres una versión más contundente, añade un trozo de chorizo o morcilla al guiso, aunque perdería su carácter de plato de vigilia.
- Si quieres darle un toque más suave, puedes triturar un poco del guiso antes de añadir el arroz, así quedará más cremoso sin necesidad de añadir harinas ni espesantes. También puedes jugar con las especias y añadir un toque de cúrcuma o incluso un poco de guindilla si te gusta con un puntito picante.
Última revisión: 10 septiembre 2025
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