Dulce, jugoso, con un color que da alegría solo con verlo… el mango es una de esas frutas que te teletransporta directamente a un clima tropical, aunque estés en bata y con el radiador encendido. Si alguna vez has probado un mango bien maduro, sabes que no hace falta mucho más para disfrutarlo. Pero lo cierto es que esta fruta no solo está riquísima tal cual: tiene un montón de beneficios y propiedades saludables y se puede usar en cocina de mil maneras.
Así que hoy vamos a descubrir qué es exactamente el mango, por qué es tan bueno para el cuerpo y cómo puedes sacarle todo el partido en la cocina. Porque sí, se puede hacer mucho más que pelarlo y comérselo a mordiscos.

Qué es el mango
El mango es el fruto del árbol Mangifera indica, una especie tropical originaria del sur de Asia, especialmente de la India, aunque hoy en día se cultiva en muchas zonas cálidas del mundo: México, Brasil, Perú, Filipinas, y también en el sur de España, sobre todo en Málaga y Granada.
Se trata de una fruta carnosa, con una pulpa de color amarillo intenso o anaranjado, de textura mantecosa y sabor dulce con un puntito ácido, dependiendo de la variedad y del grado de madurez. Por dentro, eso sí, lleva un hueso plano y grande, que puede ser algo incómodo si no sabes cómo cortarlo bien.
Existen más de mil variedades de mango, pero en los mercados europeos lo más habitual es encontrar algunas como Kent, Ataulfo, Tommy Atkins o Keitt, cada una con sus diferencias en sabor, fibra o jugosidad.

Beneficios del mango
El mango no solo es una delicia, sino que además es una bomba de vitaminas y nutrientes. Aquí te dejo algunos de sus beneficios más destacados:
- Rico en vitamina C: ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, mejora la absorción del hierro y combate el envejecimiento celular.
- Fuente de vitamina A: importante para la salud ocular, la piel y las defensas.
- Antioxidantes naturales: como los betacarotenos, que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres.
- Favorece la digestión: contiene enzimas como la amilasa, que ayudan a descomponer los carbohidratos y mejoran el proceso digestivo.
- Aporta fibra: ideal para el tránsito intestinal y para sentirse saciado.
- Hidratante y refrescante: gracias a su alto contenido en agua (alrededor del 80%).
Además, tiene pocas calorías si lo tomas al natural (unas 60 por 100 g), y su dulzor natural lo convierte en un excelente sustituto del azúcar en recetas saludables.

Cómo elegir y conservar un mango
Un mango maduro no tiene que estar perfecto por fuera. A veces tiene manchas oscuras en la piel y está blandito al tacto, y eso es buena señal. Lo importante es:
- Presionar ligeramente: si cede un poco, está en su punto. Si está duro como una piedra, todavía necesita unos días.
- Oler la base: debe tener un aroma dulce, afrutado. Si no huele a nada, probablemente esté verde.
- Conservarlo a temperatura ambiente hasta que madure. Una vez maduro, puedes meterlo en la nevera si no lo vas a usar inmediatamente.

Usos del mango en la cocina
Aquí viene la parte divertida. El mango es una fruta superversátil que se adapta a un montón de recetas, tanto dulces como saladas. Se puede tomar tal cual, en ensaladas, batidos, postres, salsas, platos principales… incluso en guarniciones.
Algunos usos habituales:
- En crudo: cortado en cubos o láminas, ideal para desayunos, meriendas o postres.
- En batidos y smoothies: da una textura cremosa sin necesidad de añadir leche o yogur.
- En ensaladas: combina muy bien con rúcula, canónigos, queso feta o aguacate.
- En salsas y chutneys: para acompañar carnes o pescados, sobre todo si buscas un toque exótico.
- En postres: tartas, helados, mousses, flanes o yogures caseros.
- En platos asiáticos: como el arroz frito con mango o los rollitos de arroz con fruta.
- En platos mexicanos: con lima, chile en polvo y sal, es un clásico en las calles de México.

Recetas fáciles con mango que puedes hacer en casa
1. Ensalada de mango y aguacate
Corta un mango en cubos y un aguacate en dados. Añade cebolla morada en láminas finas, un puñado de rúcula y unas nueces. Aliña con zumo de lima, aceite de oliva y un poco de sal. Refrescante, diferente y deliciosa.
2. Batido de frutas
Mezcla un mango maduro, naranjas, mandarinas y fresas. Puedes añadir hielo y un toque de canela. Es ideal para desayunar o para reponer energía después del ejercicio.
3. Polos de mango caseros
Tritura mango con un poco de yogur y miel. Rellena moldes de polo y congela. Tienes un postre saludable y fresquito en menos de 5 minutos de trabajo.
4. Chutney de mango (versión rápida)
En una sartén, saltea cebolla picada con jengibre fresco, añade mango en cubos, un chorrito de vinagre, una pizca de azúcar y especias como comino o cúrcuma. Cocina a fuego medio hasta que espese. Perfecto con carnes o quesos curados.

5. Tarta fría de mango
Haz una base con galletas trituradas y mantequilla. Para la crema, mezcla mango triturado con queso crema y gelatina disuelta. Vierte sobre la base y deja enfriar. Es ligera, vistosa y no necesita horno.
6. Tacos de pollo con mango
Cocina pollo en tiras con especias (pimentón, comino, ajo). Sirve en tortitas con mango en cubitos, cebolla morada, cilantro y un toque de lima. Dulce, salado y con un punto ácido, todo en uno.
7. Mango con yogur y granola
El desayuno rápido por excelencia. Una capa de yogur natural, mango troceado, granola por encima y, si te apetece, un poco de miel. Listo en dos minutos.

El mango no es solo una fruta tropical para tomar en verano. Es un alimento muy completo, fácil de usar y con un sabor que conquista. Tiene beneficios para la salud, alegra cualquier plato y te permite jugar en la cocina sin complicaciones.
Da igual si lo tomas solo, en ensalada, en un batido o como parte de un plato principal: el mango siempre aporta color, frescura y un toque especial. Así que la próxima vez que lo veas en la frutería, no lo dudes. Mételo en la bolsa y prepárate para disfrutarlo como se merece.
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