Las zanahorias son una de esas verduras que todos conocemos desde pequeños y que nunca faltan en la cocina. Crujientes, dulces y llenas de color, forman parte de caldos, guisos, ensaladas y hasta postres.
Pocas hortalizas tienen tanta versatilidad: sirven para acompañar, para protagonizar platos y hasta para dar un toque de frescura en crudo. Además, tienen fama de ser buenas para la vista, aunque detrás de esa frase hay algo más de mito que de ciencia. Vamos a repasar qué son, de dónde vienen, sus propiedades, los usos más comunes y algunas ideas fáciles para sacarles partido.
Y sí, las he llamado tanto verduras como hortalizas, porque se puede clasificar de cualquiera de las dos maneras. Curioso, ¿eh?
¿Qué son las zanahorias?
Las zanahorias son raíces comestibles de la planta Daucus carota. Pertenecen a la familia de las umbelíferas, la misma que el apio o el perejil. Aunque la imagen más típica es la zanahoria naranja, existen variedades en tonos morados, amarillos, rojos e incluso blancos.
Su sabor es dulce gracias a los azúcares naturales que contienen, y su textura crujiente las hace agradables tanto crudas como cocinadas. Se pueden comer enteras, ralladas, en rodajas, en purés o en jugos, lo que las convierte en una verdura comodín en la cocina diaria.

Origen
Las zanahorias tienen una historia larga y curiosa. Su origen se sitúa en Asia Central, probablemente en lo que hoy es Afganistán. Allí, hace más de 2000 años, no eran naranjas, sino moradas y amarillentas.
Fueron los árabes quienes extendieron su cultivo por Europa y África, y a partir del siglo XVII en Holanda comenzaron a cultivarse las zanahorias naranjas que conocemos hoy, supuestamente en honor a la Casa de Orange. Desde entonces, esta variedad se popularizó y desplazó a las otras en la mayoría de países.
Lo gracioso es que la famosa frase de “las zanahorias mejoran la vista” se hizo popular durante la Segunda Guerra Mundial. Los británicos, para justificar la puntería de sus pilotos nocturnos, decían que era gracias a que comían muchas zanahorias, cuando en realidad se trataba de una estrategia para ocultar el uso de radares.
Propiedades y beneficios
Las zanahorias son una fuente excelente de nutrientes, y por eso tienen un hueco asegurado en la dieta. Sus principales beneficios son:
- Altas en betacarotenos, que el cuerpo transforma en vitamina A, fundamental para la piel y la visión.
- Ricas en fibra, que ayuda a la digestión y a mantener la saciedad.
- Aportan vitaminas como C, K y varias del grupo B.
- Contienen minerales como potasio, fósforo y calcio.
- Son bajas en calorías, por lo que encajan en dietas de control de peso.
Aunque no son una cura mágica para los problemas de vista, sí ayudan a mantener la salud ocular gracias a la vitamina A.

Usos en la cocina
Las zanahorias son uno de los ingredientes más versátiles que existen. Se pueden usar en recetas saladas y dulces, y tanto en crudo como cocinadas. Algunos ejemplos:
- En crudo: ralladas en ensaladas, en palitos para dipear o en batidos de frutas.
- Cocidas: en caldos, guisos o potajes como base aromática.
- Asadas: con especias y un toque de aceite, se caramelizan y potencian su dulzor.
- En purés y cremas: mezcladas con patata, calabaza o apio.
- En repostería: la famosa carrot cake es un ejemplo de su uso en postres.
- En conservas o encurtidos: zanahorias en vinagre para picoteo.
La clave está en que combinan bien con todo: carnes, pescados, cereales, legumbres o simplemente solas.

Variantes o tipos
Aunque en los supermercados solemos ver solo las naranjas, existen varias variedades:
- Zanahorias naranjas: las más comunes y dulces.
- Moradas: con más antioxidantes, su color sorprende en ensaladas.
- Amarillas: más suaves de sabor.
- Rojas: con alto contenido en licopeno, como los tomates.
- Blancas: menos dulces y más parecidas al nabo.
Cada tipo tiene su gracia y aporta un toque distinto en la cocina.
Consejos de rechupete
- Guárdalas en la nevera, en la zona de las verduras, para que duren más.
- Si se ponen un poco blandas, puedes devolverles firmeza dejándolas unas horas en agua fría.
- No es necesario pelarlas si son frescas y tiernas; basta con lavarlas bien.
- Para que queden más dulces al cocinarlas, ásalas en el horno en lugar de hervirlas.

Ejemplos o recetas sencillas
Aquí van tres ideas fáciles con zanahorias:
- Ensalada de zanahoria rallada con limón: ralla unas zanahorias, añade zumo de limón, un chorrito de aceite y una pizca de sal. Refrescante y rápida.
- Crema de zanahoria y calabaza: cuece zanahorias, calabaza, cebolla y patata, tritura todo y tendrás una crema suave y deliciosa.
- Zanahorias asadas al horno: corta zanahorias en bastones, aliña con aceite, sal, pimienta y tomillo, y hornéalas hasta que estén doradas.
Las zanahorias son mucho más que un simple acompañamiento. Son una verdura cargada de nutrientes, fácil de conseguir, barata y tan versátil que puedes usarlas en sopas, ensaladas, guisos, postres o simplemente crudas.
No importa si las comes ralladas en una ensalada, en forma de crema caliente o en una tarta de zanahoria: siempre aportan sabor, color y un plus de salud. Así que la próxima vez que abras la nevera y veas un manojo de zanahorias, piensa en todo lo que puedes hacer con ellas. Te aseguro que no te van a defraudar.
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