La dieta flexitariana. Un veganismo flexible con reglas

La dieta flexitariana. Un veganismo flexible con reglas

La dieta flexitariana es un estilo de alimentación que fomenta el consumo de alimentos mayoritariamente verduras, pero que permite comer carne y otros productos animales de forma ocasional. Como su propio nombre indica, podríamos decir que es un “veganismo” flexible. Mientras los vegetarianos eliminan la carne y los veganos todos los productos de origen animal: carne, pescado, huevos, lácteos… Los flexitarianos mantienen un consumo muy reducido de estos productos.

Y es que, los veganos no sólo dejan de consumir aquellos productos de origen animal que atañen a la alimentación, sino también aquellos que tienen que ver con el vestir, la cosmética, productos de limpieza, etc. Y es que más que una alimentación motivada por la búsqueda de un estilo de vida saludable, el veganismo puede considerarse más una filosofía de vida estimulada tanto por una conciencia medioambiental como por la empatía hacia el sufrimiento animal. Del mismo modo, aunque el flexitariano no siga fielmente esta filosofía de vida, sí es sensible a todo lo que conlleva un consumo de origen animal excesivo, como el que hemos podido llevar en Occidente en los últimos 40-50 años hasta la fecha. Y si bien considera que un consumo moderado de los productos de origen animal puede ser sostenible, es consciente de que su reducción puede ser crucial para equilibrar la balanza.

Uno de los mayores atractivos de la dieta flexitariana es llevar un estilo de vida saludable. Y es que su creadora, Dawn Jackson Blatner, dietista nutricionista estadounidense especialista certificada en dietética deportiva, antigua bloguera de alimentación y nutrición del Huffington Post, miembro de lanzamiento del “Health Squad” de la revista People, autora de dos libros galardonados: The Flexitarian Diet y The Superfood Swap y portavoz de la asociación dietética norteamericana, creó este tipo de dieta para aprovechar al máximo los beneficios de la alimentación vegetariana sin dejar de disfrutar de los productos animales con mesura, de los cuales también obtendríamos sus beneficios, no presentes en una dieta 100% vegetal. 

La dieta flexitariana. Un veganismo flexible con reglas

Las reglas de la dieta flexitariana

La dieta flexitariana no tiene reglas claras ni una cantidad recomendada de calorías y macronutrientes. De hecho, al igual que la dieta vegetariana o la vegana, podría considerarse más un estilo de vida que una dieta, o una dieta llevada a cabo con consciencia. Una consciencia que sigue los siguientes principios:

  1. Que la fuente principal de la alimentación sea basada en plantas (plantbased food): frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
  2. Centrarse en las proteínas de origen vegetal en lugar de las de origen animal aunque se permita el consumo de éstas últimas.
  3. Ser flexible e incorporar carne y productos animales sin remordimientos y de manera eventual.
  4. Comer menos procesados, evitando también azúcares ya que el primer motivo para llevar a cabo esta dieta suele ser una llevar una alimentación saludable. 
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Sin embargo, no es necesario seguir unas recomendaciones estrictas específicas para empezar a comer de forma flexitariana, como sí ocurre en el resto de dietas que normalmente prescriben exactamente qué está permitido comer y qué está prohibido. Algunas personas que siguen la dieta flexitariana pueden comer más productos animales que otras. En general, el objetivo es comer más alimentos vegetales nutritivos y menos carne. Debido a su naturaleza flexible y a que se centra más en lo que hay que incluir que en lo que hay que restringir, la dieta flexitariana es una opción muy popular entre las personas que quieren comer más sano.

Y es que son múltiples los beneficios de este estilo de alimentación. Al no ser una dieta restrictiva, las cuales provocan normalmente que solo podamos seguirlas durante un corto periodo de tiempo creando así un efecto rebote, la flexitariana crea adherencia y fomenta un estilo de vida integrado y por eso podemos decir que “funciona”.

En 2019, ocupó el tercer puesto como una de las mejores dietas tanto en pérdida de peso como en salud, entre otras 41 dietas más en el U.S. News & World Reportconocido por ser de los rankings más antiguos y prestigiosos de instituciones académicas estadounidenses. Y es que diferentes estudios han demostrado que además de ser efectiva contra la pérdida de peso, la dieta flexitariana es beneficiosa para la reducción de la presión arterial y el riesgo de diabetes. Esto puede deberse a que el cambio de plantas por carne ayuda a ingerir, por norma general, unas 300 calorías menos al día que aquellos que comen carne de forma regular, además de la ingesta de grasas saludables.

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Desventajas de la dieta flexitariana

Pero, ¿tiene alguna desventaja? Esta podría ser una desventaja si tu principal objetivo es perder peso: que los resultados no llegan tan rápido como con una dieta de choque. El progreso hacia una pérdida de peso en una dieta flexitariana es lento y esto podría ser frustrante, o hacerte querer abandonar en favor de una dieta de moda. Pero si abandonamos el enfoque pesocentrista y nos centramos más en la energía ganada gracias a una dieta de mayor calidad, menos prohibiciones y mayor adherencia, llegaremos a ver beneficios aún mayores a largo plazo además de estables: no solo la pérdida de peso, sino también una mejora de la salud metabólica, como de los niveles de colesterol y azúcar en sangre.

Otra posible desventaja, aunque no es determinante, es que si estamos acostumbrados a comer carne de manera habitual y como elemento principal de cada uno de nuestros platos, se nos haga difícil el reemplazo de esta proteína diaria en nuestra dieta. Y es que quizá el estilo de vida que llevamos actualmente en el que apenas tenemos tiempo para cocinar, hacen que lo más cómodo sea hacernos un filete de pollo o de cualquier otro animal vuelta y vuelta y pasar a un estilo de alimentación basado en plantas suponga un nuevo aprendizaje. Pero no es imposible. Simplemente hay que tener presente que cuando se come menos proteína animal, es importante sustituirla por las proteínas vegetales de calidad, como garbanzos, lentejas o legumbres en general, de modo que no suframos las deficiencias nutricionales más comunes entre vegetarianos y veganos: las proteínas, el hierro, el zinc, el calcio, la vitamina D, la vitamina B12 y las grasas omega 3. 

Aunque no hay alimentos prohibidos, el objetivo de una dieta flexitariana es comer menos carne, por lo que limitaremos el consumo de aves de corral, carne roja, cerdo, grasas animales como la mantequilla o lácteos. A forma de guía general, podemos sustituir 30gr de carne por 50gr de legumbres. Y si este estilo de vida nos resulta atractivo pero dudamos de nuestra capacidad de llevarlo a cabo, cada vez hay más iniciativas comunes para promover esta forma de alimentación como Veganuary, el enero sin carne, o los Meat Free Monday, los lunes sin carne, que cada vez tienen más éxito en nuestro país y que cuentan con un gran eco en las redes y que pueden significar un buen aliciente para dar el paso. 

La dieta flexitariana. Un veganismo flexible con reglas

Finalmente, a día de hoy se ha puesto nombre a este estilo de alimentación, dándole algunas definiciones y pautas generales que han hecho que se puedan realizar estudios observacionales acerca de sus beneficios. Sin embargo, ¿no es acaso el flexitarianismo la dieta que realizaban nuestros abuelos? El consumo tan exacerbado de carne que llevamos en Occidente no tiene más de 50 o 60 años. En la generación de nuestros abuelos el consumo de carne era algo ocasional debido al alto coste que suponía comer un filete de ternera o un buen pescado, siendo los alimentos de origen vegetal la principal fuente de alimentación. Y cuando se consumía, esta carne era de buena calidad, ya que no existían las macrogranjas ni las producciones tan elevadas y habitualmente insostenibles de proteína animal con las que contamos hoy en día. Podríamos decir que este estilo de dieta es una vuelta a un consumo con sentido común basado en el equilibrio. Así que si queremos añadir más alimentos vegetales a tu dieta pero no queremos eliminar la carne por completo y queremos consumirla con consciencia y de buena calidad, la dieta flexitariana puede ser lo que buscamos.

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