Juselo. El tradicional guiso de carne aragonés

Para 4 2.30€/pers. 320kcal/100g

El juselo, ese gran desconocido que, una vez lo pruebas, se queda en tu recetario para siempre. Este guiso aragonés no tiene nada que envidiarles a los platos más populares y tradicionales, y, como buen plato de cuchara, es un abrazo cálido en forma de comida. Su nombre, aunque suene exótico, en realidad nos lleva directamente al corazón de Aragón, donde se mezcla tradición y sabor a partes iguales. Así que, si estás buscando una receta que te transporte a los paisajes de montaña ya la calidez de las casas de pueblo, ¡el juselo es tu opción ideal!

El juselo es un plato típico de Aragón, especialmente conocido en las zonas rurales, donde el frío invernal pide guisos contundentes y reconfortantes. Este guiso era la comida perfecta para los campesinos que trabajaban largas jornadas en el campo, gracias a su sencillez ya la posibilidad de aprovechar los ingredientes que se tenían a mano.

Lo interesante del juselo es que no hay una receta única: cada hogar tiene su versión. Hay quienes le añaden algo de embutido, como chorizo ​​o morcilla, y otros que optan por aromatizarlo con hierbas como tomillo o romero. Pero lo que no cambia es ese sabor casero y el toque rústico que lo hace tan especial. Para los amantes de los guisos tradicionales os encantarán también la ternera a la jardinera, las patatas a la riojana o el estofado de cerdo con patatas.

Receta casera de juselo

Elaboración paso a paso

1. Comenzamos pelando y cortando las patatas en trozos medianos. Las zanahorias las pelamos y cortamos en rodajas, mientras que la cebolla y el ajo los picamos finamente. El pimiento verde lo cortamos en tiras y rallamos el tomate para dejarlo listo. En cuanto a la carne, nos aseguramos de que esté cortada en trozos regulares y la secamos con papel de cocina.
2. En una cazuela amplia, calentamos un buen chorro de aceite de oliva a fuego medio-alto. Sellamos los trozos de carne hasta que estén dorados por todos lados, lo que nos ayudará a conservar sus jugos. Retiramos la carne y la reservamos en un plato.
3. En la misma cazuela, añadimos la cebolla, el ajo y el pimiento verde. Dejamos que se cocinen a fuego medio hasta que estén bien pochados. Incorporamos el tomate rallado y dejamos que se sofría durante unos minutos, removiendo para que no se pegue.
4. Devolvemos la carne a la cazuela, mezclándola bien con el sofrito. Vertemos el vino tinto y subimos el fuego para que se evapore el alcohol, lo que dará un toque de profundidad al guiso.
5. Espolvoreamos el pimentón dulce, añadimos la hoja de laurel y cubrimos todo con el caldo de carne o agua caliente. Dejamos que hierva y luego bajamos el fuego, tapando la cazuela para que se cocine a fuego lento durante unos 45 minutos.
6. Pasado el tiempo, añadimos las patatas y las zanahorias al guiso, asegurándonos de que queden bien sumergidas en el líquido. Ajustamos la sal y la pimienta y dejamos que todo se cocine durante 30 minutos más, removiendo de vez en cuando.
7. Cuando las patatas estén tiernas y el caldo haya espesado ligeramente, retiramos del fuego. Probamos y ajustamos el punto de sal si es necesario. Dejamos reposar el guiso unos minutos antes de servir para que los sabores se mezclen bien.

Consejos para un juselo perfecto

• Si quieres darle un toque diferente al juselo, puedes añadir un puñado de guisantes o judías verdes en los últimos minutos de cocción. Si prefieres una textura más cremosa, machaca unas cuantas patatas dentro del guiso para espesar el caldo. Y si quieres una versión más aromática, prueba a añadir unas ramitas de tomillo o romero al guiso.
• ¿Te preocupa el tiempo? Este guiso también se puede hacer en olla rápida, reduciendo el tiempo de cocción casi a la mitad, aunque perderás un poco de ese sabor lento y tradicional.
• Algo interesante del juselo es cómo ha ido evolucionando con el tiempo. Aunque nació como un plato humilde, ahora se encuentra en restaurantes que lo sirven como una delicatessen de la cocina aragonesa. En algunas recetas se incluye carne de caza, como jabalí o ciervo, que le dan un toque salvaje y especial.
• Si quieres una versión más ligera, puedes sustituir las patatas por boniatos o incluso calabaza, que aportan un punto dulce y diferente. También puedes preparar el juselo con pollo si prefieres un sabor más suave.
• En cuanto a las anécdotas, este plato tiene fama de ser el guiso de las reuniones familiares, perfecto para servir en esas comidas multitudinarias en las que todo el mundo termina con una sonrisa y ganas de repetir.
• Y así, el juselo aragonés nos demuestra que no hay nada como un buen guiso para reconfortarnos. Su sabor tradicional y su aroma irresistible nos recuerdan la magia de la cocina de siempre. Ponte cómodo, saca una buena barra de pan y disfruta de este plato como se merece. ¡A comer se ha dicho!

Última revisión: 2 septiembre 2025

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