Cuando por la mañana disfrutamos de nuestra taza de café recién hecho, probablemente no nos damos cuenta de que los posos que quedan en la cafetera tienen un potencial impresionante.
Antes de tirarlo a la basura es importante tener en cuenta que tiene una gran cantidad de propiedades y nutrientes, pudiéndoles dar una segunda vida en nuestro hogar. El día de hoy te enseñaremos ocho formas de aprovechar los posos del café para reducir el desperdicio.

¿Qué es el poso de café?
En realidad, a lo que nos referimos cuando hablamos de “poso de café” tiene que ver con el conjunto de partículas sólidas que se de separan del líquido una vez que preparamos nuestro café. Estas partículas incluyen aceites naturales, compuestos orgánicos y, por supuesto, fragmentos de granos de café molidos. Todos ellos aportan un determinado aroma y sabor a tu café.
El poso del café es un recurso muy versátil y valioso, que puede emplearse desde el cuidado personal y la belleza, hasta en la contribución a prácticas sostenibles, convirtiéndose así en un aliado que desconocíamos que teníamos y que merece una segunda vida.
8 formas de aprovechar el poso del café
- Exfoliante natural de la piel. El poso del café funciona como un exfoliante natural muy efectivo. Tan solo debemos mezclarlo con aceite de oliva o aceite de coco para que tenga cierta suavidad y sea más sencillo utilizarlo. Podemos utilizarlo en la ducha para reducir la celulitis y revitalizar nuestra piel. De esta forma, obtendremos un efecto peeling y al mismo tiempo nos beneficiaremos de la cafeína y los aceites, que colaboran enormemente con el mantenimiento de la piel.
- Repelente de plagas. ¿Tienes caracoles u hormigas en tu jardín? Tan solo tendrás que espolvorear el poso de café sobre las áreas afectadas y alrededor de las mismas para mantener las plagas no deseadas, a raya.
- Fertilizante de plantas. La forma más común y sencilla que tenemos de usarlo es como fertilizante. Los posos de café contienen gran cantidad de nutrientes que resultan esenciales para el crecimiento de las plantas, siendo este el caso del potasio, el fósforo y el nitrógeno. Tan solo tendremos que mezclarlo con la tierra de nuestro jardín, y agregar unas cuantas cucharadas a los tiestos cada cierto tiempo. Otra opción es añadirlo a nuestro compost para que el sustrato de nuestras plantas se enriquezca.
- Desodorante natural para los armarios o el frigorífico. Colocando el poso en un recipiente abierto en las áreas con malos olores, lograremos que el café absorba todos esos olores desagradables manteniendo el ambiente fresco.
- Limpieza Eco-friendly. El poso de café también funciona como un limpiador abrasivo suave, y por supuesto, natural. Podemos utilizarlo para fregar las sartenes y ollas e incluso las superficies de la cocina, ya que elimina la suciedad y la grasa de manera muy efectiva.
- Tinte natural para los artistas. En el caso de que disfrutes haciendo manualidades, puedes utilizar el poso de café como un tinte natural para teñir tanto el papel, como la tela. Tan solo tendremos que hervir el marro con agua y sumergir los materiales para que su aspecto parezca envejecido.
- Eliminador de olores en manos. Tras manipular determinados alimentos, los olores de estos mismos pueden ser fuertes, tal y como ocurre con la cebolla y el ajo. Para eliminar este olor de nuestras manos, tan solo frotaremos nuestras manos con el poso de café, previamente puesto a secar.
- Limpieza de utensilios de cocina. En ocasiones ocurre que los restos de alimentos se quedan adheridos a nuestros utensilios de cocina. Para eliminarlos, podemos utilizar nuestros posos de café, que no solo retiran las manchas, sino que también los olores no deseados. Para hacerlo, tenemos que frotar el café contra el utensilio ayudándonos de la esponja. También podemos utilizar papel absorbente para hacerlo. Este efecto peeling, nos ayudará a retirar cualquier mancha.

El poso del café en seco
Antes de comenzar a utilizar este recurso, es de vital importancia tener en cuenta un aspecto crucial: para la mayor parte de sus segundas aplicaciones, el poso de café debe utilizarse en su estado seco. Aunque dé la sensación de que este detalle no tiene demasiada relevancia, existe una diferencia entre el poso de café seco y el poso de café húmedo, que marcará el éxito o la derrota en cualquiera de tus proyectos.
Es en estado seco cuando el café conserva no solo sus propiedades naturales, sino que también su textura granulada. Si bien puede utilizarse húmedo para la limpieza de los cacharros o para hacernos un peeling, si no se almacena secándolo adecuadamente, podríamos encontrarnos con mohos.

Cómo secar el poso de café
El proceso de secar el poso de café es muy sencillo:
- Recogemos el poso húmedo de café. Tras preparar nuestro café de por la mañana, recolectaremos el poso húmedo del filtro.
- A continuación, extendemos el poso húmedo sobre una bandeja para hornear formando una capa uniforme. Es importante que no quede amontonado o apelmazado para que se seque bien por todos lados.
- Dejamos la bandeja con el poso de café secando bajo la luz solar indirecta o en un sitio bien ventilado. Es importante que no le de la luz solar directa ya que influirá de forma negativa en la calidad y propiedades de los posos.
- Removemos cada cierto tiempo para asegurarnos de que se está secando de manera uniforme.
- Espera el tiempo que sea necesario para secar el poso. Esto variará en función de la cantidad de poso que tengamos y de la humedad del ambiente. Puede llevarnos desde unas cuantas horas hasta incluso varios días.
- Verificamos que está completamente seco tocándolo con las manos. La idea es que su textura sea algo quebradiza y crujiente, momento en el que estará perfectamente listo.
- Almacenamos el poso cuando esté seco. Para ello, utilizaremos una bolsa sellada o un recipiente hermético hasta que lo necesitemos para cualquiera de nuestros proyectos.
Otra forma de secar el poso del café es emplear un deshidratador de alimentos. Disponemos el papel de hornear en las bandejas de nuestro deshidratador y extendemos encima el poso. Aplicaremos una temperatura de unos 70º C y veremos que se seca rápidamente siempre y cuando lo hayamos extendido en finas capas.
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