Para 4
1.3€/pers.
90kcal/100g
Ingredientes
- 500 g de lombarda
- 1 diente de ajo
- 80 g de cebolla
- 80 g de puerro
- 1 patata pequeña
- 25 g de aceite de oliva virgen extra
- sal
- 500 ml de caldo de verduras o de pollo
- Pimienta negra
- 1 chorrito de nata líquida para cocinar
- Una nueces tostadas
- Hojas verdes frescas para decorar (opcional)
Hay platos que parecen pensados para los días de frío, y esta crema de lombarda es uno de ellos. Tiene ese punto reconfortante que solo da un plato de cuchara bien hecho: es cremosa, suave, llena de sabor y con un color violeta que alegra cualquier mesa.
Además, es una forma perfecta de aprovechar esta verdura tan saludable y poco valorada, que muchas veces pasa desapercibida fuera de las fiestas navideñas. Si te apetece una cena ligera, sana y diferente, apunta esta receta: vas a repetir seguro.
La lombarda tiene su origen en Europa Central, aunque se hizo popular en España gracias a los huertos del centro peninsular, especialmente en Madrid, donde forma parte de los menús tradicionales de Navidad.
Antiguamente se preparaba cocida con manzana y piñones, pero hoy se adapta a todo tipo de elaboraciones: salteada, al vapor o en cremas tan vistosas como esta. Su color violeta se debe a las antocianinas, pigmentos naturales con propiedades antioxidantes que cambian de tono según el pH del cocinado. Por eso, al añadirle un poco de ácido (como el vinagre o el vino blanco), la lombarda se vuelve más roja, y si se combina con ingredientes alcalinos, tira a azul.
Si te gusta cocinar con verduras de invierno, seguro que disfrutas también preparando una crema de calabacín fácil, tan suave como versátil; unas coliflores gratinadas al horno, perfectas como guarnición o plato principal; o un clásico potaje de garbanzos con espinacas, una receta tradicional y reconfortante que comparte ese espíritu casero y lleno de sabor que tanto apetece en los días fríos.
Receta casera de crema de lombarda

Preparación paso a paso
- Preparamos los ingredientes. Cortamos la lombarda en juliana fina, pelamos y picamos la cebolla y el puerro en cuadraditos, laminamos el ajo y pelamos la patata, que cortamos en trozos o “chascamos” para que suelte el almidón y espese la crema.
- En una cazuela amplia, añadimos el aceite de oliva virgen extra y lo calentamos a fuego medio. Sofreímos primero el ajo durante unos segundos, solo hasta que empiece a dorarse ligeramente.
- Incorporamos la cebolla y el puerro, añadimos una pizca de sal y cocinamos durante unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando hasta que estén tiernos.
- Agregamos la lombarda cortada y la patata. Mezclamos bien y dejamos que todo se cocine unos 3-4 minutos, para que las verduras se impregnen del sofrito y suelten parte de su aroma.
- Vertemos el caldo de verduras o de pollo (según prefieras un sabor más vegetal o más intenso) y subimos el fuego hasta que empiece a hervir.
- Cuando rompa el hervor, bajamos a fuego medio-bajo y dejamos cocinar durante 30 minutos, tapado parcialmente, hasta que la lombarda y la patata estén bien tiernas.
- Pasado este tiempo, retiramos la cazuela del fuego y dejamos templar unos minutos. Trituramos con una batidora de mano o de vaso hasta conseguir una textura homogénea y cremosa.
- Si la crema queda muy espesa, añadimos un poco más de caldo o agua caliente. Si está demasiado líquida, la devolvemos unos minutos al fuego para reducir.
- Añadimos un toque de pimienta negra molida y rectificamos de sal al gusto.
- En una sartén aparte, tostamos las nueces sin aceite durante unos segundos, solo lo justo para potenciar su aroma.
- Servimos la crema de lombarda bien caliente en platos hondos o cuencos. Decoramos con un chorrito de nata líquida, las nueces tostadas y unas hojas verdes frescas (rúcula, canónigos o perejil).
El resultado es una crema suave, con un color precioso y un sabor equilibrado entre lo vegetal y lo cremoso, perfecta para disfrutar de una cena reconfortante sin complicaciones.

Consejos para una crema de lombarda de rechupete
- La lombarda fresca tiene un sabor más delicado que la congelada y mantiene mejor su color.
- Si prefieres una textura más sedosa, añade una cucharada de mantequilla o un chorrito extra de nata al final del triturado.
- Un toque de manzana en la cocción le da un punto afrutado muy interesante.
- El caldo de pollo intensifica el sabor, pero si buscas una versión vegetariana, usa caldo de verduras casero.
- Para una presentación de restaurante, decora con semillas de sésamo tostado o chips de lombarda hechos al horno.
- Esta crema aguanta muy bien en la nevera dos o tres días y se puede congelar perfectamente.

Curiosidades de rechupete
La lombarda ha sido protagonista de la cocina madrileña desde el siglo XVIII, sobre todo en Nochebuena, cuando se servía acompañada de castañas, piñones o manzana. Su característico color la convirtió en una verdura muy apreciada en los banquetes, y hoy se ha recuperado como ingrediente moderno en platos de autor.
Además, es un alimento muy completo: aporta fibra, calcio, vitaminas C y K, y tiene un alto poder antioxidante. Curiosamente, durante años fue también un indicador de acidez natural, ya que su jugo cambia de color según el pH, algo que los cocineros tradicionales aprovechaban como truco de cocina.
Su preparación es sencilla y el resultado, espectacular: una crema suave, cremosa y con un punto dulce que la hace irresistible. Perfecta para servir como entrante en días fríos o para una cena ligera entre semana.
Última revisión: 16 noviembre 2025
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