El mango es una de esas frutas que, cuando está en su punto, es un festival de sabor: dulce, jugoso, con ese toque tropical que te lleva mentalmente a una hamaca en la playa. Pero eso sí… pelarlo puede ser un drama si no sabes cómo hacerlo bien. Resbala, chorrea, se escurre, y a veces acabas con media fruta en el codo y la otra mitad pegada al cuchillo.
Hoy te voy a contar de forma sencilla cómo pelar un mango sin perder la paciencia (ni la fruta), qué tipos de mango puedes encontrar en el súper y qué tener en cuenta según su variedad.

Tipos de mango más comunes (y por qué esto importa al pelarlo)
No todos los mangos son iguales. Algunos tienen más fibra, otros son más jugosos, algunos se pelan mejor con cuchillo y otros mejor con cuchara. Aquí van los más habituales:
- Mango Kent
- Muy jugoso y dulce.
- Apenas tiene fibra.
- Perfecto para comer a cucharadas o cortar en cubos.
- Suele estar disponible de noviembre a abril.
- Mango Ataulfo (también llamado «mango miel» o «champagne»)
- Pequeño, amarillo y con forma curvada.
- Muy dulce y cremoso.
- La piel se retira muy fácil con las manos.
- Ideal para batidos y postres.
- Mango Tommy Atkins
- El más común en supermercados.
- De piel gruesa, rojo y verde.
- Más fibroso.
- Mejor para ensaladas, salsas o trocear bien fino.
- Mango Palmer
- Alargado y con carne firme.
- Poca fibra, buena para cortarlo en láminas o dados.
- Ideal para platos salados (con pollo, arroz, etc.).
¿Cómo saber si un mango está listo para pelar?
Antes de pelarlo, tienes que asegurarte de que está maduro, pero no pasado. Aquí van los trucos para saberlo:
- Aprieta ligeramente con los dedos. Si cede un poco, está perfecto. Si está duro como una piedra, déjalo unos días.
- Huele la zona del tallo. Si huele dulce y tropical, es buena señal.
- El color no siempre es una pista fiable. Algunos mangos verdes por fuera están maduros por dentro, y otros muy rojos aún están verdes.
Si lo tienes muy maduro, ten cerca un papel de cocina… porque va a soltar jugo que da gusto.

Consejos para pelar un mango sin montar un circo
Opción 1: Método del erizo (el más famoso)
- Corta el mango por los lados, dejando el hueso en el centro.
- Tendrás dos «mejillas» (las partes más carnosas).
- Con un cuchillo, haz cortes en cuadrícula sobre la pulpa, sin atravesar la piel.
- Empuja la piel desde abajo para que sobresalgan los cubos, como un erizo.
- Corta los dados con un cuchillo o arráncalos con una cuchara.
Ventajas:
Rápido, limpio y visual.
Ideal para: presentar en bandejas, dar a los niños o congelar los cubos.

Opción 2: Pela primero, corta después (si quieres rodajas o láminas)
- Pela el mango con un pelador o con un cuchillo afilado.
- Sujeta el mango con una mano y corta los dos lados a lo largo del hueso.
- Haz lo mismo con los laterales.
- Corta la carne en tiras, rodajas o cubos, según lo que necesites.
Ventajas:
Perfecto si lo necesitas en trozos regulares.
Ideal para: ensaladas, tartares, carpaccios o usar con molde.
Opción 3: Con cuchara (para mangos muy maduros)
- Corta las “mejillas” del mango igual que en el método del erizo.
- En lugar de hacer cortes, mete una cuchara entre la piel y la pulpa.
- Extrae toda la carne de una sola pieza.
Ventajas:
No manchas tanto, sobre todo con mangos muy blanditos.
Ideal para: purés, batidos, mermeladas o comer a cucharadas.
Opción 4: Pelar con las manos (mangos tipo Ataulfo)
- Haz una pequeña incisión con cuchillo.
- Tira de la piel como si fuera la de un plátano.
- Corta la carne o muérdelo directamente (si nadie te está mirando).
Ventajas:
No necesitas casi nada.
Ideal para: mangos pequeños, muy maduros o comer directamente.

Trucos prácticos y errores que debes evitar
- Si el mango está muy resbaladizo, usa papel de cocina para sujetarlo mientras lo pelas.
- El hueso no es plano del todo, sino alargado y con forma de “almendra aplastada”. Corta siempre a lo largo, no lo intentes atravesar.
- No pelees con el hueso. Cuando llegues a él, gira el mango y corta por el otro lado.
- Si quieres congelar mango para batidos, pélalo, córtalo en dados y guárdalo en bolsas zip.
- Para menos lío, usa una tabla con canal para recoger los jugos.
¿Y si se pasa de maduro?
No lo tires. Aunque esté demasiado blando para cortarlo bonito, sigue sirviendo para:
- Batidos
- Mermeladas
- Salsas para carnes o ensaladas
- Postres como mousse, tartas frías o bizcochos
Pelar un mango no tiene por qué ser una batalla campal. Con un buen cuchillo, un poco de maña y el método adecuado según el tipo de mango, puedes disfrutar de esta fruta sin ponerte perdido. Elige el truco que más te convenga según lo maduro que esté y el uso que le vayas a dar. Y recuerda: si acabas lamiendo los dedos después de pelarlo, es que lo estás haciendo bien.
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