El horno es un aparato esencial en nuestra cocina y es que se encarga de aportar calor a los alimentos dentro de un espacio reducido y de forma controlada. Si sabemos cómo utilizarlo de forma adecuada, podremos hacer cualquier tipo de elaboración que se nos ocurra, desde unas verduras gratinadas hasta unas riquísimas carrilleras al horno.
Esta cocción es ideal ya que los alimentos mantienen sus jugos internos y no se resecan, de forma que tengamos un plato tan nutritivo como sabroso. Como en cualquier ámbito de la vida, en la cocina también existen secretos. Es lógico que necesitemos saber el tema que estamos tratando, ya que si actualmente disponemos del horno de toda la vida u horno tradicional, que se le llama y que tiene el tiempo y la resistencia en la parte superior e inferior, no estaremos hablando de un horno de convección, por ejemplo.
Este último posee un sistema de ventilador que ayuda a repartir el calor de cocción de forma eficiente. Y también tenemos el mixto que en su caso posee un generador de vapor, además de ventilación, para compensar la posible pérdida de humedad del alimento que estemos cocinando. Hoy os mostraremos en qué cosas nos podemos estar equivocando a la hora de utilizar nuestro horno y vemos que las verduras han quedado mal cocidas o el pollo se nos ha resecado. Por eso, te mostramos algunos de los errores más comunes en la utilización del horno.

Errores más comunes al utilizar el horno
No precalentar el horno en el momento adecuado y sin controlar la temperatura
Por norma general, el horno debe precalentarte 15 minutos antes de comenzar con la elaboración de nuestra receta. No todos los platos requieren de este paso pero en su mayoría sí. La cocción del horno funciona por la concentración del calor y del alimento y es así como los jugos no se pierden ni evaporan evitando la sequedad. Si necesitamos cocinar a una temperatura de unos 180º C, deberemos encender el horno y una vez alcance esa temperatura, pitará por lo que podremos introducir la bandeja engrasada con los alimentos ya preparados.
Colocar los alimentos a una altura errónea
El calor, asciende también en el horno y es por eso por lo que debemos tener en cuenta que si colocamos un alimento en la parte superior se cocinará más porque se encuentra a mayor temperatura. Este lugar es el ideal para aquellas cocciones que necesiten una mayor temperatura y una cocción mucho más rápida. Este es el caso de los gratinados o la berenjena asada entera y con piel.
Para las cocciones más lentas, necesitaremos introducir la bandeja en la parte inferior, siendo este el caso de los asados de cordero y carnes. Estas elaboraciones requieren más tiempo, ya que si los colocáramos en la parte superior se doraría antes de haberse cocinado el interior. El espacio que se encuentra en la mitad es el del pescado porque este alimento necesita una cocción algo más rápida que la de la carne pero no súbita.

Función de vapor en los hornos mixtos
A lo largo de la historia se ha estado utilizando el horno tradicional, pero con las modernidades de la actualidad los hornos han pasado a ser hornos de convección, lo que quiere decir que presentan un ventilador interior que homogeneiza la temperatura del espacio además de que disponen de una función a la que se la denomina de vapor, que genera vapor de agua al entrar ésta en contacto con el calor del horno. Colabora con que los alimentos no terminen resecándose, pero es conveniente no emplearlo en aquellas elaboraciones que queramos que queden crujientes.
Abrir el horno y acercarse a él al hacerlo
Este es un error de principiante, ya que el horno es similar a una nevera en verano. Si abrimos el electrodoméstico de forma continua, estaremos perdiendo la temperatura del mismo, por lo que no conseguiremos que nuestra elaboración quede perfectamente hecha. Podremos abrir el horno en determinadas ocasiones, como cuando elaboramos un redondo de ternera y ya ha transcurrido el tiempo que debe estar dentro. En este momento podremos comprobar el nivel de cocinado. Un aviso importante es que no se debe acercar la cara al horno cuando lo abrimos ya que la temperatura del interior es increíblemente alta y el vapor caliente puede llegar a quemárnosla. Espera unos segundos antes de acercarte.
No utilizar los recipientes adecuados
Los recipientes adecuados para el horno son de acero inoxidable, de loza o de vidrio. El fondo debe ser plano y su profundidad variará en función de la elaboración que estemos preparando. La manipulación de los recipientes de horno después y durante el cocinado, puede ser peligrosa y más cuando contiene cualquier tipo de jugo, líquido o incluso aceite. Debes tener cuidado para no quemarte y retirar con una mano la bandeja mientras que colocamos la otra en la parte inferior del recipiente.

Atender a la limpieza del horno
La limpieza en cualquier aspecto de la vida es importante. Como ocurre con cualquier otro electrodoméstico, debe mantenerse en un estado adecuado lo que quiere decir que debe ser higiénico y estar limpio. En la actualidad, algunos hornos cuentan con una función de autolimpiado llamado pirolisis, que una vez que se activa y se han retirado todos los accesorios y raíles, alcanza una temperatura de unos 500º C, quemándolo absolutamente todo. Después, deberán retirarse las cenizas con ayuda de un paño húmedo.
Debemos tener en cuenta que esta función de limpieza requiere de mucha energía y que existen programas de limpieza más ecológicas como lo es la aquálisis, para la cual se necesita colocar un recipiente lleno de agua en la parte inferior. Aun así, te recomendamos que lo limpies con un buen desengrasante y agua cada vez que lo utilices, independientemente de si se ha manchado o no.
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