Superfácil 
10 min 
Por Alfonso López Alonso
Para 1
1.8€/pers.
120kcal/100g
Ingredientes
- 50 ml de vodka
- 1 lima
- 2 cucharaditas de azúcar moreno
- Hielo picado
- Soda o agua con gas (opcional)
La caprioska es un cóctel sencillo, fresco y que nunca falla cuando quieres algo rápido, refrescante y con un punto de chispa. Nada de historias complicadas ni ingredientes raros: solo necesitas vodka, lima, un poco de azúcar y hielo. El resultado es un trago equilibrado, ácido y aromático que te despierta los sentidos sin pasarte con el alcohol. Lo bueno de la caprioska es que puedes adaptarla a tu gusto: más dulce, más ácido o con un toque burbujeante gracias a la soda. Es el típico cóctel que sorprende porque parece tan simple y, sin embargo, cada sorbo es un placer. Ideal para un aperitivo, para acompañar unas tapas o para disfrutar en la terraza mientras escuchas música y charlas con amigos.
Aunque algunos la vean como un primo de la caipirinha, la caprioska tiene personalidad propia. Cambiar la cachaça por vodka hace que el sabor sea más neutro, dejando que la lima y el azúcar destaquen de verdad.
Origen de este cóctel
El origen de la caprioska está bastante ligado a Europa y a la versión moderna de la caipirinha brasileña. En los años 90 se popularizó en bares y coctelerías europeas, donde los bartenders buscaban variantes de bebidas refrescantes para el verano. La idea era simple: mantener el toque ácido y dulce del trago original, pero usando vodka en lugar de cachaça, algo más conocido y fácil de conseguir en países fuera de Brasil.
Su nombre parece un guiño divertido: “capri” evocando frescura veraniega y “voska” derivado de vodka. Hoy la caprioska no solo se toma en bares; también es un clásico de las terrazas, reuniones en casa y fiestas improvisadas. En Colombia y España, por ejemplo, se ha adoptado como una bebida de aperitivo ligera y muy agradecida, porque refresca, levanta el ánimo y se prepara en cuestión de minutos.
Si disfrutas de la caprioska, hay varios cócteles que siguen la misma línea de frescura y facilidad. El mojito clásico combina lima, azúcar, hierbabuena y ron, creando un trago refrescante y aromático. El daiquiri de fresa es parecido a una caprioska con fruta triturada, perfecta para los que buscan un toque frutal y más dulce. Y si no, siempre tenemos el afamado cóctel Margarita, que es un cóctel mexicano a base de tequila, limón y triple seco.
Receta casera de caprioska
Preparación inicial
- Lavamos muy bien la lima para eliminar cualquier residuo y cortamos en cuatro gajos. Es importante que estén limpios, porque parte de la cáscara entra en contacto con el azúcar y aporta sabor.
- Ponemos los gajos de lima en un vaso resistente, preferiblemente de boca ancha, y añadimos dos cucharaditas de azúcar moreno. La combinación del azúcar con la lima es lo que da la textura y el sabor característicos de la caprioska.
- Con un mortero o muddler, machacamos los gajos de lima hasta que suelten todo el jugo. No hace falta pulverizar la piel, solo romper los gajos y mezclar con el azúcar. Esto crea un jugo dulce y ácido perfecto.
Añadimos el alcohol y finalizamos
- Añadimos vodka al vaso y removemos suavemente para integrar los sabores sin perder el efecto de la lima machacada. Dependiendo del gusto, podemos ajustar la cantidad de vodka, pero no demasiada para no perder frescura.
- Llenamos el vaso con hielo picado hasta el borde. El hielo mantiene el cóctel frío, alarga su duración y suaviza el alcohol sin perder sabor.
- Opcionalmente, añadimos un chorrito de soda o agua con gas. Esto hace que el cóctel sea más ligero y refrescante, con un toque burbujeante muy agradable al beber.
- Decoramos con un gajo de lima o rodaja fina en el borde del vaso. Esto no solo queda bonito, sino que aporta un extra de aroma a cada sorbo.
- Servimos inmediatamente, sin remover la capa de hielo, para que la bebida conserve su frescura y se mantenga fría hasta el último sorbo.
Sirve siempre en un vaso ancho para que sea fácil remover y disfrutar de todos los aromas.
Consejos para una caprioska de rechupete
- Escoge lima fresca y jugosa; evita las que estén secas o demasiado verdes. El sabor del cóctel depende de la acidez natural de la fruta.
- No machaques demasiado la cáscara si no quieres amargor; solo presiona los gajos para que suelten el jugo.
- Ajusta el azúcar según tu gusto; puedes probar con azúcar blanca, morena o incluso miel ligera para un toque diferente.
- Para un efecto visual y aromático, añade unas hojas de hierbabuena encima. No cambia el sabor principal, pero da un aroma fresco y elegante.
- Sirve siempre en un vaso ancho para que sea fácil remover y disfrutar de todos los aromas.
Curiosidades de rechupete
La caprioska se ha popularizado por su sencillez, pero esconde historia: su versión original, la caipirinha, es un símbolo de Brasil y se tomaba como bebida refrescante para soportar el calor de Río de Janeiro. La adaptación europea con vodka la transformó en un trago más neutro, manteniendo su frescura pero haciéndola más versátil para distintos paladares. En algunos bares europeos incluso se sirve con frutas de temporada, demostrando que un cóctel tan simple puede reinventarse de mil maneras sin perder su esencia.
Un dato curioso: aunque el trago es simple, la técnica de machacar la lima junto con el azúcar es clave. A algunos les gusta dejar la cáscara un poco machacada para aportar amargor sutil, mientras otros prefieren un trago más limpio y ácido. Esa pequeña diferencia cambia el perfil del cóctel sin que nadie se dé cuenta, demostrando que un trago sencillo puede ser mucho más complejo de lo que parece.
Última revisión: 8 octubre 2025
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