8 errores al cocinar el salmón en casa

Se trata de uno de los pescados más conocidos y consumidos en todo el mundo ya que la familia del salmón data de hace 100 millones de años.

Este pescado es carnívoro y nacen en los ríos para después trasladarse al mar. Una vez adultos, vuelven a los ríos con el fin de desovar. Debido a que deben moverse durante prácticamente toda su vida, han desarrollado una gran masa muscular y además, las reservas de grasa.

Debido a la sobrepesca, la contaminación y la construcción de presas, el salmón ha estado a punto de extinguirse, pero en la actualidad consumimos en su mayor parte los procedentes de criaderos nórdicos cuyas calidades varían. Se trata de un pescado rico en ácidos grasos omega 3 y proteína, y podemos consumirlo de infinidad de formas.

Por este motivo, pueden cometerse errores a la hora de prepararlo que marcarán la diferencia en su sabor y textura, dando lugar a un resultado no muy bueno. A continuación, te mostramos cuáles son esos errores y cómo podemos evitarlos para que nuestra elaboración con salmón quede perfecta.

No elegir de forma adecuada el salmón

Se trata de un error muy común independientemente de si lo compras fresco, congelado o descongelado. Aun así, es recomendable que se compre fresco.

El salmón perfecto, y a pesar de que esto dependerá del tipo del salmón que escojamos, debe tener un color muy intenso ya que será esto lo que determine su calidad. Esto variará en función de si se trata de un salmón de piscifactoría o salvaje.

Te aconsejamos que compres la pieza entera y que el pescadero nos lo prepare para congelar.

No descongelarlo de forma adecuada

No será relevante si hemos comprado salmón fresco o congelado, pero debemos planificar el proceso de descongelado de forma adecuada. Este proceso no debe hacerse a temperatura ambiente, sino que debe colocarse en la zona de nevera aproximadamente 24 horas antes de su preparación.

Cuando vayamos a cocinarlo, debe secarse conscientemente con ayuda de papel absorbente y después dejar que se atempere a temperatura ambiente ya que, si está excesivamente frío, probablemente se nos sobrecuezan los bordes.

Un error común es descongelarlo en el microondas y lo único que conseguiremos con ello es que el pescado se cocine parcialmente.

Retirar la piel antes de cocinarlo

La piel ya cocinada del salmón está buenísima, siempre que esté crujiente, pero, aunque no nos la vayamos a comer, actúa como una barrera de protección para evitar que los jugos del pescado se evaporen y la pieza se nos seque.

Asimismo, se trata de una piel que resulta extremadamente sencilla de retirar.

No quitar las espinas del lomo antes de cocinarlo

Si se lo pides al pescadero, probablemente puedan hacerlo por ti, pero en el caso de que no lo haga, es aconsejable que lo hagamos nosotros en casa. No es una tarea tan tediosa ya que resulta más sencillo de lo que parece.

No sazonar en el momento idóneo

La sal debe agregarse en el momento previo al cocinado porque si lo haces antes, el salmón perderá la humedad y quedará reseco. La sal debe añadirse prácticamente en el último momento.

Cocer el salmón en solo agua

En el caso de que te decantes por una elaboración algo más saludable, hervir el salmón es una buena opción, pero deben agregarse distintos aliños o especias que den cierto sabor al agua. No será suficiente con pimienta y sal, sino que deberemos emplear distintos vegetales, eneldo y aceite de oliva.

Marear nuestro salmón

Para aquellos que decidan cocinar este pescado a la plancha existen dos opciones: podemos ponerlo en el lado en el que tengamos la piel y taparlo después con el fin de que se cocine a la perfección sin tener la necesidad de darle la vuelta, o darle una simple vuelta si es que no posees la tapa.

Otro consejo es que no se debe aplastar con el fin de que se haga antes.

Dejar que se cueza demasiado

Una vez esté prácticamente hecho, apartaremos la olla del fuego y dejaremos que repose durante varios minutos para que se acabe de cocinar con el calor residual. En el caso de que no estés seguro o segura, puedes utilizar un termómetro para que te indique la temperatura del interior del trozo de pescado.

La retiraremos del fuego cuando alcance los 62º C siempre que lo estemos cocinando a la plancha. Después deja que el termómetro siga subiendo y ya tendrás tu pieza de salmón cocinada.

El salmón es un pescado noble que no necesita trucos complicados, pero sí respeto en la cocina. Elegir bien la pieza, descongelarlo con calma, mantener la piel, retirar las espinas, salar en el momento justo, darle sabor al agua si lo cueces, no aplastarlo en la plancha y evitar sobrecocerlo son pasos sencillos que marcan la diferencia.

Si corriges estos errores, pasarás de comer un salmón mediocre a disfrutar de un plato jugoso, sabroso y en su punto. Porque al final, cocinar bien el salmón no es cuestión de suerte, sino de evitar esos pequeños fallos que todos cometemos en casa.