Exhibición del Real Madrid, que hace añicos al Barcelona

Enseguida se vio que Cristiano iba a ser una pesadilla, un continuo cuchillo en la garganta de Piqué, Puyol y Alves. Allá por donde apareciese provocaba pavor, un auténtico caos en la zaga azulgrana, una defensa que lleva meses desangrándose, no tanto por ella misma, sino porque el medio campo anda pasivo, contemplativo, sin robar lo que antes, un escudo de cristal. [Fotogalería]

Al minuto 12, después de que el Barcelona estuviese amagando sin dar, fue el Madrid el que atizó. Entró CR por el carril del ocho y le hizo el ídem a Piqué, que reaccionó tarde y mal. Le metió el pie de forma torpona cuando el luso ya se iba. Penalti más que claro, sin una sola duda. Lo ejecutó Cristiano con su habitual seguridad y el Barcelona desparramó los naipes, presentes ya los fantasmas de Milán e incluso los que le aparecieron frente al Sevilla.

El Barça perdió el rumbo al tiempo que el Madrid se afianzaba en su idea. Presionaba arriba, con mucho derroche físico, lo mismo que hizo el Milán, pero con la presencia de mejores jugadores que el equipo italiano. El Madrid, hay que decirlo con prontitud, hizo una primera parte espléndida. Alentado por el buen sistema de Mourinho y viendo que hacía daño, se defendió con mucha viveza, una gran intensidad y se lanzó a la contra siempre con peligro. Ozil no acompañó mucho esta vez, ni tampoco Di María, muy ocupado en tareas de brega, pero no hizo gran falta. Cristiano solo se bastó para dejar en evidencia a una defensa que le veía llegar pero no le podía parar.

En medio de toda la superioridad madridista, un nubarrón se cernió sobre su cabeza: la certeza de que era el momento para marcar el segundo y derribar al gigante barcelonista. No lo hizo, perdiendo buenas ocasiones. Mal asunto dejar vivo a un equipo como el azulgrana. Aunque Messi estaba perdido, lento y obtuso, el equipo seguía viviendo de Iniesta, que no conoce de crisis. Él solo tiró del carro creando problemas por el lado zurdo, allá donde el Madrid parecía algo más endeble. Aguantó uno, el de casa, y no remató el otro, el de fuera. Las espadas se quedaron en alto, prestas para caer sobre uno de los dos cuellos, abierta la eliminatoria por completo. Todos esperaban que el Barça fuese a degüello en la segunda mitad. No pudo. Estaba asfixiado, superado físicamente por un Madrid que estaba pletórico, con muchos pulmones, hinchado de emoción y vitalidad.

Cada contra blanca era letal y en la enésima Di María se encontró solo ante Puyol. Se le fue con una facilidad pasmosa y el rechace de Pinto lo cazó Cristiano con una seguridad inigualable.

El resto fue una exhibición impresionante del Madrid, que se llevó por delante al Barcelona, que cada vez tenía más dudas. Ni arriba ni atrás, todo era caos en el equipo de Roura. Por no ir, nadie fue a tapar a Varane que cabeceó impecablemente, coronando un partido estupendo, pleno de seguridad, velocidad y potencia.

Luego nada, baño del Madrid en todos los aspectos, derruido el conjunto local, hundido y a merced de los blancos, que estuvieron a punto de lograr una goleada de escándalo.