Sergio Ramos renovará en las próximas horas

El estilo de actuación del presidente dejaba claro que las diferencias económicas entre el futbolista y la entidad solo se saldarían «en una charla a calzón quitado entre los dos», metáfora expuesta por los profesionales de la casa que revelaba la necesidad de decirse las verdades y aclarar malos entendidos entre los hermanos Ramos, René y Sergio, y el club . Las reuniones se llevaron a cabo con calzón puesto, pero sin tapujos. Fueron unas cumbres imprescindibles para limar asperezas y poder alcanzar un pacto de futuro. Así ha sido.

Las conversaciones comenzaron en la gira por China y han fructificado muy pronto. Ha sido evidente que la situación exigía el diálogo abierto con el presidente. René Ramos, hermano y representante de Sergio, acudió a la gira del equipo para entablar de nuevo las negociaciones con Florentino Pérez y José Ángel Sánchez. Unas conversaciones que comenzaron hce un año, en junio de 2014, nada más levantar la Copa de Europa, y que permanecían atascadas desde septiembre del año pasado, cuando las divergencias entre la oferta y la demanda parecían insolubles.

El desencuentro nació porque Ramos pidió un contrato de diez millones netos anuales. Opinaba que su rendimiento merecía ser pagado como si fuera un delantero. El Real Madrid ofrecía inicialmente 6,5.

Las diferencias implicaron la paralización de las reuniones . En diciembre, Ramos filtró que pensaba marcharse libre en julio de 2017, cuando finalizaba su contrato actual. Eran tácticas de ajedrez.

El caso volvió a reavivarse al final de la última temporada. Hace dos meses, en junio, el Real Madrid ascendió su oferta a 7,5 millones anuales. Sería el defensa mejor pagado de la historia de la empresa. El jugador manifestó que el Manchester United le presentaba una propuesta de once millones por temporada.

El club inglés jugaba dos cartas, las de David de Gea y Sergio Ramos, para complicar la llegada del guardameta a la casa blanca. Y manifestó que tenía 60 millones para fichar al sevillano. El Madrid adujo que nunca traspasaría al central. Así se lo dijo al futbolista. Había que negociar.

Ramos y la entidad hablaron claro . El defensa estaba molesto por el cartel de pesetero que se le había colocado. La entidad estaba molesta por las filtraciones del otro lado. Hicieron borrón y cuenta nueva.

El sevillano comprobó que era utilizado por el Manchester United cuando Van Gaal le pidió que hablara y que expusiera su deseo de marcharse del Real Madrid. No le gustó que alguien le marcara los tiempos de lo que debía hacer. Ramos negoció con el Real Madrid y dijo claramente que su deseo fue siempre quedarse. Palabras que molestaron mucho en el club de Old Trafford. Le acusaron de «traidor» y de «utilizar al Manchester para obtener más dinero del Real», con esa sutileza anglosajona que tienen los británicos para culpar a los demás de sus mismas actitudes.

El capitán y el Madrid estaban de acuerdo en sus anhelos, continuar juntos , y solo faltaba el acuerdo económico. Lo hay. El jugador percibirá nueve millones anuales con bonus, en un convenio hasta 2020. Será el segundo futbolista mejor pagado de la plantilla, solo superado por el Balón de Oro. Rubricará el pacto en cuestión de horas. Y se acabará el segundo culebrón del verano, tras la telenovela de Casillas. Ya solo faltará filmar, y firmar, el último capítulo de la serie «David de Gea».