Cristiano vuelve para ganar un derbi

Expulsado en Córdoba, sancionado con dos encuentros, ha realizado una pretemporada de doce días para regresar a la competición en plena forma. Sin Ramos, sin James, sin Marcelo y con Nacho, Varane y Cristiano, el derbi es el reto del luso. Ganarlo decide medio campeonato. El empate tampoco es malo para el líder. Perder abrirá la veda al Atlético y al Barcelona. La gran cita dirime más de tres puntos. Ancelotti se plantea atacar al contragolpe. Y Cristiano anhela volver a ser determinante.

Durante cinco años ha sido temido por la afición rojiblanca. El triple Balón de Oro consiguió 15 dianas en sus diecinueve enfrentamientos con el Atlético. La última, en el reciente 2-2 en el Bernabéu que costó la eliminación copera del Madrid. Su último gol feliz frente al eterno rival lo anotó en la final de la Champions, el 4-1, de penalti. Desde entonces ha vivido una derrota en la final a doble partido de la Supercopa de España, un fiasco en el derbi liguero del 13 de septiembre (1-2) y este último fracaso en la ronda de Copa. Cristiano tenía planificado recuperar de nuevo su mejor tono físico en febrero y se puso como fecha el día 7. Es su hora.

Balón de Oro, Bota de Oro y Pichichi, el propósito del luso es reeditar esta tarde su condición de bestia negra del Atlético. Ocho de sus quince tantos ante los rojiblancos los marcó en el Manzanares. Ha protagonizado más de un gol en tres derbis y en dos de esas ocasiones los rubricó en territorio comanche.

Su gran noche del Calderón la disfrutó el 11 de abril de 2012, en la era Mourinho, cuando se erigió una vez más en estrella al firmar un triplete ante el magnífico Courtois, que siempre se amilanaba ante el portugués. Aquel día, el Madrid goleó a su eterno rival por 1-4. Ronaldo abrió el marcador con un disparo de «folha seca» desde treinta y cinco metros que sorprendió al guardameta belga.

Su tiro de «folha seca» es un golpe de balón con el comienzo del empeine que levanta la pelota con mucha potencia para que caiga al cabo de treinta metros y haga un efecto extraño. Si la pegara con todo el empeine, se iría a las nubes. Pelé fue uno de sus precursores. Cristiano es un especialista. Esa misma noche lo repitió en el Calderón para sumar su segundo tanto ante el derrumbado Courtois. Fue entonces cuando el luso se subió el pantalón y enseñó su muslo al. Su tercer acierto llegó de penalti.

El mejor futbolista del orbe obtuvo también un doblete en el Calderón el 11 de febrero del año pasado, en Copa. Transformó ante Aranzubia dos penaltis que el Atlético cometió en el compromiso de vuelta. El 0-2 supuso el último triunfo del Madrid en el Manzanares. Después llegó la Décima en Lisboa, el 24 de mayo. Desde entonces, todo han sido fracasos. Es la situación que Cristiano debe revertir.

El luso lleva 36 dianas en los 30 encuentros disputados esta temporada. De ellos, 28 los anotó en 17 jornadas de Liga. Su promedio es 1,20 tantos por partido. Desde que firmó por el Madrid en 2009 ha rubricado 288 goles en 276 encuentros. Su acicate para alimentar la ambición es superar los 307 tantos de Di Stéfano como primer objetivo, hasta alcanzar el gran reto: los 323 de Raúl. Vencer en el Calderón y dar un golpe a la Liga es su primera misión. «Vuelve a tope, ha disfrutado de estos días de entrenamientos», avisa Ancelotti.