Cristiano resurge con el arte de Benzema y James

Carlo Ancelotti advirtió que el partido del Coliseum getafense era peligroso, por el horario, extraño en los biorritmos habituales del campeón de Europa, y por la reacción psicológica del equipo local con la llegada de Quique Sánchez Flores. Tenía razón. El Real Madrid sufrió para imponerse ante un rival bien colocado defensivamente. Tuvo que ser Benzema quien volviera a ejercer de genial cescudero de Cristiano para abrir el cerrojo rival y desmadejar el partido.

Una incursión del francés por el área getafense, con regate y balón rozando la línea de fondo, abrió la retaguardfia de los hombres de Quique y rompió el marcador con un pase perfecto para que Ronaldo sumara su vigésimo séptimo gol en diecisiete partidos de Liga. El portugués echaba de menos los centros precisos de Karim. Su Sancho Panza retornño a poner la lógica y el sentido común al Real Madrid.

Sin respiro, el conjunto madrileño se tranquilizó. Y James dibujó un envío perfecto para que Bale asegurara los puntos. El colombiano estaba en su salsa y redondeó la fiesta con otro pase ideal que Ronaldo aprovechó para firmar el 0-3 y su vigésimo octava diana en diecisiete encuentros ligueros. El golador ha vuelto. Benzema ha regresado. James ha retornado para poner distinción al fútbol del Madrid. Kroos e Isco habían llevado el peso del juego y sus tres compañeros pusieron las flores al césped del Coliseum.

Mientras los Ultras Sur eran silbados en el estadio por los aficionados de ambos equipos, los blancos tuvieron el balón y controlaron el tempo del partido en todo momento. Antes de los goles, Kroos, otra vez el mejor del conjunto blanco, estrelló en el travesaño un disparo que avisó de la reacción visitante en busca de la necesaria victoria. Isco acompañó al alemán en liderazgo. ¡Vamos! gritaba Ramos al equipo a la hora de juego. El líder profundizó por fin en su ataque. Benzema remató una bonita jugada que Codina detuvo con problemas. Bale desperdició un golpe franco que se le fue alto. El líder atacaba y por fin llegó su hora de demostrar su calidad. El 0-3 puso las cosas en su sitio. Esa gran jugada de Benzema propició el primer gol de Cristiano y el olvido de la ansiedad.

Todo fue coser y cantar desde entonces. Acto seguido, James enseñó su clase exponencial, enorme, espectacular, y dio un pase en profundidad que Bale aprovechó para sentenciar con el 0-2. Crecido, el colombiano se sacó otro balón de oro y Ronaldo colocó el 0-3. Los jugadores de Ancelotti acaaron con las críticas con dos golpes de calidad y una presión constante sobre el rival. Todos se abrazaron con efusividad. Necesitaban confimar su superioridad y acabar con las acusaciones externas. Benzema volvió a ser el escudero de Cristiano y el fútbol volvió a ser normal en el Real Madrid.