real madrid
La impaciencia del Bernabéu
El público del coliseo blanco pitó a su equipo en la primera jornada de Liga y la tomó, sobre todo, con Arbeloa y Casillas
rubén cañizares
El aficionado del Real Madrid es un hincha especial. Sobre todo, el que acude desde hace muchos años cada dos domingos al Santiago Bernabéu, ávido de espectáculo y buen fútbol e intransigente con la holgazanería y el mal hacer. En el feudo merengue, rara ... es la estrella blanca que no ha sido pitada: Zidane, Beckham, Ronaldo, Cristiano... por poner los últimos ejemplos de la historia reciente del club. Ayer se sumaron a esta lista Arbeloa y Casillas . Dos canteranos, dos pesos pesados de la plantilla, enfrentados entre sí desde hace ya un tiempo, vivieron anoche una experiencia hasta entonces desconocida para ambos. Bien es cierto que el Bernabéu, ante el Córdoba , dedicó música de viento a todo el equipo, en especial tras el tanto anulado a Xisco, pero los silbidos fueron, en su mayoría, para el lateral derecho y el portero, enfrascados en una guerra civil de la que probablemente ninguno saldrá ganador: el futuro, a corto plazo, es un Madrid sin Casillas ni Arbeloa en sus filas. Tiempo al tiempo.
Mientras, la discreta pretemporada de los blancos, con más sombras que luces a pesar de levantar la Supercopa de Europa, y la derrota ante el Atlético de Madrid en la Supercopa de España ha roto la magia de la Décima , lograda hace apenas tres meses. Parece que fue hace un siglo cuando se conquistó tan venerado trofeo. Noventa días después de la gesta en Lisboa, el aficionado madridista ha puesto el contador a cero y ha dejado claro a las primeras de cambio a Ancelotti y a los suyos que el esfuerzo ni el hambre se negocian. Ellos aceptan, con resignación eso sí, que el portero titular (Diego López) y uno de los mejores jugadores de la plantilla (Di María) sean vendidos y reemplazados por Keylor Navas y James pero, por si acaso, dejan bien claro desde el pistoletazo de salida que el nivel de exigencia va a seguir como en un ochomil, por las nubes. Si el equipo gandulea contra un recién ascendido y pone en serio peligro los tres puntos, aunque sea la primera jornada de Liga y se venga de una exigente final a doble partido contra el Atlético, se le silba. Puede gustar más o menos, pero es el sello de la afición del Bernabéu. Ayer, hoy y siempre.
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