REAL MADRID: LA DÉCIMA
La levantamos juntos
Florentino Pérez analiza en un artículo exclusivo para ABC el significado de la décima Copa de Europa para el Real Madrid
La levantamos juntos
No rendirse jamás a pesar de las dificultades. Ese es uno de nuestros rasgos esenciales de identidad como club . Una cualidad fortalecida a lo largo de nuestra historia en cientos de desafíos con la apariencia de imposibles. Tras la victoria en Lisboa, docenas ... y docenas de madridistas me han asegurado que a pesar de lo difícil del partido, y de tener el marcador en contra, su fe en la victoria nunca fue quebrada. Yo también estaba convencido de que el gol iba a llegar en aquellos minutos finales que ya forman parte de la leyenda del fútbol. Así que cuando Modric se dispuso a sacar el córner tuve una sensación próxima a la certeza porque intuía que el instante elegido por el destino estaba muy cercano. El cabezazo de Sergio Ramos era la consecuencia de una entrega y de una búsqueda apasionada que tenían que obtener su recompensa.
Pero el triunfo de la Décima comenzó a fraguarse mucho antes de ese increíble minuto 93 que activó una marea de felicidad compartida imparable. Como presidente nunca he visto a un grupo de jugadores tan unido. Una plantilla que sabe que el compañero es su hermano en el campo y que no olvida que todos llevan la camiseta del Real Madrid pegada al corazón. Ellos estaban convencidos de que podían conquistar ese sueño obsesivo del madridismo y por eso su determinación era absoluta. Un esfuerzo conjunto sin límites que ha contribuido a generar esa alianza en el vestuario clave en la conquista de las victorias únicas. Lo vi en sus ojos cuando un par de días antes del partido pude explicarles que como presidente era un orgullo contar con ellos y que durante cada minuto de la final debían tener siempre presentes a sus familias y a nuestros aficionados. En definitiva, a aquellos que les han acompañado en los momentos más duros y que saben mejor que nadie lo que han luchado por llegar a disputar un encuentro de esas características. Nunca podré olvidar ese momento en el que, tras dirigirles unas palabras, sus miradas y sus rostros mostraban una convicción de hierro. Podían e iban a hacerlo, y por eso varios de ellos saltaron al campo aunque sus físicos y sus músculos estaban tocados.
Porque sin duda esta final y esta Décima Copa de Europa ha sido una de las más deseadas por el madridismo tras varios años rozando la gloria.
Sé que nuestros seguidores están especialmente orgullosos de este título porque además se trataba del derbi más importante y trascendente de la historia del Real Madrid . Un grandísimo partido frente a un gran rival de nuestra misma ciudad. Un adversario con el que hemos competido durante más de 100 años pero nada era comparable a lo que significaba el reto de Lisboa. Y nuestros jugadores supieron elevar a la máxima expresión los valores que han configurado la genética del Real Madrid . Demostraron un espíritu de lucha encomiable, una entrega sin reservas y un trabajo inmenso para volver a conquistar los corazones de millones de aficionados en todo el mundo haciendo valer esa máxima con la que este club se convirtió en mito: el Real Madrid no se rinde nunca. Ni en el Bernabéu, donde 90 minutos se pueden hacer muy largos, ni en cualquier estadio del planeta.
Nuestro entrenador, Carlo Ancelotti , ha recorrido la geografía del fútbol en magníficos equipos cargados de memoria y, sin embargo, durante estos meses ha descubierto que el Real Madrid trasciende como la mayor de las pasiones y no entiende de fronteras, ni de pasaportes, ni de religiones, ni de culturas. El trabajo de nuestro técnico ha estado repleto de sensibilidad, serenidad y sabiduría, siendo capaz de ganarse el corazón del club.
Algún amigo me ha preguntado estos días si lograr esta Champions era algo así como una liberación para mí. No, esta Décima no es una liberación en lo personal. Esta Décima es una de las más inmensas emociones que pude imaginar, pero lo es sobre todo porque tenía absolutamente interiorizado que este era el gran deseo de nuestros aficionados. 10 Copas de Europa en nuestro estadio Santiago Bernabéu. 10 Champions como la expresión más poderosa de una extraordinaria historia de amor entre este club y la Copa de Europa. Fuimos parte de su creación y no entendemos el fútbol sin ella.
Y tras la victoria no podemos olvidar a quienes nos han ayudado a llegar hasta aquí. A quienes nos han dado fuerza y apoyo hasta vivir esa inolvidable noche de Lisboa. Somos la más prestigiosa y valiosa de todas las instituciones deportivas que existen en la actualidad. Lo somos, sin duda, por un palmarés increíble, pero también porque a lo largo de nuestros 112 años de historia se han ido transmitiendo, de generación en generación, los códigos y los valores que constituyen el ADN del Real Madrid . Lo que hoy somos lo hemos heredado de nuestros mayores. Y ellos también estaban allí en Lisboa.
Fue una noche de sensaciones intensas y seguro que para muchos también de recuerdos cargados de lágrimas y de una felicidad desbordante. Uno de esos momentos en los que uno siente y comprueba más que nunca la gigantesca responsabilidad que implica el asumir cada día la presidencia de un Real Madrid al que aman hombres, mujeres y niños de todo el mundo que sufren, se entusiasman y viven con nuestro escudo.
Quizás también por eso, y aunque a algunos les cueste entender nuestra filosofía y nuestra lógica de comportamiento, tan solo unas horas después de conquistar la Décima , nuestro capitán Iker Casillas ya se dirigía a los nuestros desde el césped del Bernabéu prometiendo darlo todo en busca del nuevo desafío: la Undécima. Solo así uno puede empezar a comprender la grandeza de este club . El mayor nivel de exigencia siempre presente. Insaciables también tras la victoria y con una pasión profunda hacia lo que pueda parecer inalcanzable. Ese es nuestro espíritu indestructible forjado a lo largo del tiempo en cientos y cientos de estadios.
El mismo espíritu que comparte una afición que, esté donde esté, nos entrega su energía y su afecto infinito. Unos aficionados que ofrecen lealtad a quienes se dejan el alma por ellos. Su aliento es nuestra fuerza y sin ella nada de lo ocurrido sería posible. Gracias en nombre de este equipo a nuestra gente, a nuestros seguidores y de manera muy especial a nuestros socios por estar a nuestro lado. Esta Décima es sobre todo suya. Esta Champions es de los que se emocionaron, lloraron y se abrazaron apasionados al mismo tiempo que nuestros jugadores por un sueño de fútbol hecho realidad.
La noche de Lisboa está en lo más profundo del corazón del madridismo para siempre. Gracias por levantar juntos esta Copa de Europa. La Décima. Vuestra Décima .
Florentino Pérez
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