champions league
Los métodos de los técnicos del Real Madrid y del Atlético triunfan
Las estrellas de Ancelotti y Simeone brillan mientras que declinan las de Pep Guardiola y Mourinho
josé manuel cuéllar
Las semifinales de la Champions League han dejado huellas profundas. Entre ellas se cuenta el convencimiento de que ha habido dos entrenadores que han salido triunfadores, no tanto por los resultados, que también, sino por su forma de juego, por su manera de entrenar y ... por todo lo que concierne al extrajuego, que luego tiene gran importancia en el fútbol en sí.
Carlo Ancelotti y Simeone han salido ganadores, no solo en la Champions, sino en la temporada, mientras que Pep Guardiola y, sobre todo, José Mourinho han visto palidecer su estrella. El mérito de los dos primeros es indiscutible. Ancelotti llegó a un país nuevo, con un fútbol diferente y a un club con signos evidentes de haber estado incendiado por fuego ajeno. Su tardanza en dar con la tecla del juego le puede haber costado la Liga, a la que va a llegar tarde, pero en realidad este era un objetivo menor para el Real, que cifró sus esperanzas en la Champions. Más allá de eso, y a diferencia de la temporada pasada, el Madrid de Ancelotti ha llegado hasta el final con posibilidades de todo (además de haber ganado la Copa), algo muy diferente a la campaña pasada donde tiró la temporada en Navidad. Parapetado en un 4-3-3, Ancelotti se fue al 4-4-2 sin rubor cuando se dio cuenta de que hacía más bloque, protegía al equipo y mantenía las opciones de peligro adelante. Su exhibición ante el Bayern fue portentosa y su manera de unir al vestuario también.
El carisma del Cholo
Lo del Cholo ha sido espectacular. Con 400 millones menos de presupuesto que sus rivales, Simeone ha conformado un equipo competitivo en el que, a pesar de tener menos fondo de armario, este le responde a la perfección. En Londres se encontró sin Gabi, hombre fundamental por su liderazgo, pero encontró a Tiago, jugador muy infravalorado, que es un futbolista de primera. Pero es que el secreto del Cholo va más allá: es un asunto de confianza, de amistad recíproca, de «yo te apoyo a ti y tú me apoyas a mí, y todos con todos». Es el grupo por encima de lo demás. Pero aparte de la solidaridad, el Atlético juega muy bien al fútbol. Del equipo que ganó en Londres se da la curiosa coincidencia de que ocho de los jugadores presentes estuvieron en el partido que el Atlético perdió con el Albacete y que propició el cese de Manzano y la llegada de Simeone. Casi con los mismos hombres, el Atlético está en la cima del mundo.
En el otro lado, Pep Guardiola, asaeteado por todos a pesar de que ganó la Bundesliga en marzo. Con gente muy crítica detrás, a Pep se le echa en cara querer domesticar al Grupo Salvaje, quitar fiereza al Bayern en favor del tiki taka que, si se hace sin velocidad y además sin Messi, se corre el riesgo de quedarse en cero y, sobre todo, de irritar al espectador, que se aburre sobremanera.
La otra cruz de la moneda ha sido José Mourinho, que corre el riesgo de quedarse en blanco por segundo año consecutivo. Fiel a su estilo, ante el Atlético sacó seis defensas en un partido que necesitaba ganar. Y fueron seis defensas natos, siempre pensando en los demás y no en las virtudes propias. Poner a Azpilicueta para frenar a Filipe Luis y olvidarse de Juanfran fue, además, un error táctico de bulto. Dar las riendas en la salida del juego a David Luiz es meterse un tiro en el pie, y dejar a Óscar fuera cuando necesitas ganar tampoco ayuda.
Más allá de eso, el tono conciliador de los triunfadores, la naturalidad con que afrontan los grandes retos, les confiere una empatía con el entorno que da tranquilidad a los jugadores a la hora de jugarse las habichuelas.
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