El tanto llegó esta vez con mucha fortuna, en una falta directa que golpeó en la barrera y que se coló sin remisión en la portería defendida por Beto.
Más allá del gol, el portugués estaba siendo de lo más destacado en el partido y había sido objeto de un penalti poco antes por un agarrón de Rakitic en un saque de esquina.
Poco después de que el Sevilla lograra empatar, Ronaldo volvió a amenazar a Beto con otra falta directa que, esta vez sí, el portero consiguió despejar a tiempo.
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