«¿Imposible ganarle al Madrid? Mire el Valladolid-Barça...»

-¡Qué victoria tan importante en Pamplona!

-Necesitábamos esos tres puntos sí o sí. En las últimas jornadas lo estábamos haciendo mejor pero por unas causas u otras no lográbamos ganar. Ante Osasuna, todo se dio bien. El equipo estuvo genial en todas sus lineas y por fin tuvimos recompensa.

-La pasada jornada ganaron casi todos los de abajo. ¿Está el descenso más caro que nunca?

-Sí, somos diez equipos para tres puestos. Está muy caliente la zona de la permanencia y hay bastantes equipos pequeños que están robando puntos a los de arriba. Esto demuestra que nadie de la zona de abajo se va a dar por muerto.

-¿Ha sido complicado bajar de la élite de la Champions a pelear por no irse a Segunda División?

-Sí, es difícil entender y asimilar que de pelear en cuartos de la Copa de Europa ahora ni siquiera luchamos por puestos de Europa League. Sabíamos que íbamos a dar una paso atrás en la calidad de la plantilla y que nos iba costar bastante esta temporada. Es duro. Pero los jugadores tenemos que estar mentalizados para saber manejar y convivir con las dos caras que tiene el fútbol.

-Compitan por lo que compitan, usted nunca baja la guardia y sigue enamorando a su afición...

-En Málaga me siento como en casa: seguro, con confianza, respetado y admirado. Estoy orgulloso de lo que hice y hago en esta portería y en este equipo y, la vez, reconocido con el cariño de nuestros hinchas.

-El que no está generando tanta simpatías es Schuster ¿Qué opina de los pitos de La Rosaleda a su técnico?

-Venimos de la mejor época de la historia del club, con Pellegrini y una plantilla que aspiraba muy alto. Y en unos meses todo cambió drásticamente. Como capitán de este equipo sólo puedo decir que nos dejamos todo en la cancha en cada partido y que estamos a muerte con nuestro entrenador. La afición la ha tomado con él por los últimos malos resultados y es lo más sencillo, cargar contra el técnico cuando las cosas van mal . Pero a los jugadores no nos gusta esta situación y nosotros somos los que tenemos que cambiar los pitos por aplausos.

-Me ha mencionado a Pellegrini, un entrenador que ha sido muy importante en su carrera...

-Así es. Yo he tenido muy buenos técnicos en mi carrera como Pekerman, Bielsa, ahora Schuster, pero es verdad que Manuel me enseñó muchísimo. Yo venía de Segunda, del Elche, y él apostó por mí sin prejuicios. Le estoy muy agradecido y, también, a su entrenador de porteros: Xabi Mancisidor.

-Les viene el líder, invicto desde hace casi cinco meses ¿Miedo?

-Yo no le tengo miedo al Madrid. Todo lo contrario. Jugar contra un equipo con tanta historia es un placer. Estuve muchos años en Segunda viendo a los grandes por la tele y queriendo jugar contra ellos y ahora que puedo lo disfruto. Además, ya nos toca hacer algo bueno contra un equipo puntero. El año pasado les ganamos y podemos repetirlo. No es imposible derrotar al Madrid. El que no se lo crea sólo tiene que recordar el Valladolid-Barcelona de la pasada jornada .

-Casillas versus Diego López, el debate eterno, ¿cómo ve esta situación tan rara de dos de sus «colegas»?

-Sí, es extraña. Pero creo que el cómo se lo está tomando Casillas le hace más grande aún. Solo tengo palabras de elogio para él por la fuerza y la mentalidad con la que está llevando su situación. Y Diego Lopez lo está haciendo bien y se ganó ser titular con dos entrenadores distintos. Por lo que es Íker y por lo que ganó, aguantar todo lo que está aguantando Diego y a tan alto nivel tiene mucho mérito.

-Usted fue campeón del mundo sub-20 en 2001 y campeón Olímpico en Atenas 2004 con su selección, pero a día de hoy no cuenta para la absoluta de Sabella ¿Sueña aún con ir al Mundial de Brasil?

-Claro que sí. Sería de locos decir que no. Yo siempre deseo defender a mi país, sea en un amistoso, en un partido clasificatorio o en un Mundial. Trabajo como el primer día por si alguna vez llega el premio estar preparado.

-Termino, ¿cómo está su hija Guillermina?

-Gracias a Dios, totalmente curada. Ella hace ocho años, cuando sólo tenía tres, sufrió un cáncer de retina. Tuvo que luchar muy duro para salir adelante y tuvimos la suerte de encontrar buenos manos. Todo aquello unió mucho a mi familia y a mí como profesional me dio fuerza para seguir adelante y quitarme inseguridades. Ver cómo mi hija, tan pequeña que era, peleaba contra una enfermedad tan jodida fue todo un ejemplo.