Combate nulo en el Calderón tras el empate entre Atlético y Real Madrid

El partido comenzó como nueve de los últimos once derbis en el Vicente Calderón, con un gol del Madrid antes del minuto quince. En este caso fue más tempranero que nunca. En el minuto uno, un centro a banda cambiada de Di María lo remachó Benzema a la red con la puntita de su bota izquierda. Los jugadores del Atlético de Madrid reclamaron fuera de juego del galo, pero Filipe Luis, descolgado, habilitaba a Karim. No había discusión posible. Algo que no sucedería en el resto de la primera parte. Y es que el juego subterráneo y los errores arbitrales mandaron por encima del fútbol en la primera mitad.

En el minuto once, Delgado Ferreiro no señaló un penalti de Ramos a Costa . Es cierto que el hispano-brasileño exagera el contacto con el de Camas, pero éste existe. Aquello encendió aún más el pique entre ambos equipos y, con ello, viejas rencillas del pasado. Hasta en tres ocasiones se jugó la roja un futbolista del Atlético de Madrid. Filipe Luis, con un manotazo sobre el rostro de Arbeloa; Diego Costa, con una fea entrada sobre Diego López ya sin el balón de por medio; y Juanfran, en la más colorada de todas, pisando adrede con sus tacos la rodilla de Cristiano. El trencilla vasco seguía con una venda en los ojos. Y no se la quitaría en todo el encuentro.

Entre tanta guerra de guerillas, el firme inicio del Madrid se diluía como un azucarillo y el Atlético, con sus armas que le han hecho grande (intensidad, garra y agallas) iba poniendo el viento a su favor. Primero lo hizo con dos chuts lejanos, inocentes y desviados de Raúl García y Diego Costa. Quizás fueron para despistar a su enemigo, que ya andaba bastante confiado con ese inesperado tempranero gol a favor. Si fue así, la estrategia fue un éxito. Poco después, a la media hora de partido, una gran asistencia de Arda, la aprovechó Koke para hacer el empate. El turco se sacó de la chistera un gran pase. Eso sí, también ayudó, y mucho, la pasividad de Ramos, que dejó sólo en la marca al colchonero, y la floja respuesta de Diego López al chut de Koke. Era el primer disparo a puerta de los rojiblancos y no podían haber encontrado mejor premio. Justo premio, a tenor de lo que se estaba viendo.

Pero el Atlético no había dicho aún su última palabra a un primer acto frenético por su parte. El empate sólo el fue trampolín que le impulsaría a tirarse «de bomba». Lo hizo con un gol psicológico, en el descuento, de Gabi, desde 35 metros . Eso sí, con la inesperada colaboración de un Diego Lopez desastroso. El chutazo del capitán colchonero, potente pero centrado, acabó inexplicablemente en el fondo de la red del gallego. El debate está otra vez servido. Muchos merengues se decían en ese momento que con Casillas ese tanto (ni el primero) hubieran sido realidad.

Tras el descanso, las marrullerías dieron paso a un costado y emergió el fútbol. Ninguna de las dos mejores versiones de ambos equipos apareció, pero al menos decidieron olvidarse de tanta gresca, poner el balón en el piso y pelear por los tres puntos de manera limpia. Lo que no cambió fue el arbitraje, peor que sacarte dos muelas de juicio a la vez. Volvió a comerse otro penalti, esta vez a favor del Madrid, por unas claras manos de Gabi a golpe franco de Cristiano. Pero lo más lamentable fue su incongruencia y sus disparates a la hora de señalar las faltas y sacar cartulinas. Eso sí, ninguna de sus surrealistas decisiones justifican el ataque de ira del Mono Burgos, que tras una falta de Arbeloa a Costa no pitada, perdió los papeles, se encaró con el colegiado vasco y hasta siete integrantes del banquillo del Atlético hicieron falta para separarle de Delgado Ferreiro.

La polémica sería una constante durante todo el partido, no así el empuje y la garra del Atlético que desde el minuto quince de la segunda mitad se quedó sin gasolina. Aquello lo leyó muy bien Ancelotti, que dio entrada a Marcelo y Carvajal por Coentrao y Arbeloa. A día de hoy, una pareja de laterales vive en la época del trueque y la otra en 2014. La influencia del canterano y el brasileño en el desenlace del partido fue tremenda. El Madrid se hizo amo total del encuentro mientras el Atlético aguantaba como podía el chaparrón que se le venía encima. Pero era sólo cuestión de tiempo que el partido volviera a igualarse.

Ronaldo, Bale y Benzema silenciaron el Calderón en tres claras oportunidades de los de Ancelotti. La del galés vino acompañada de una fenomenal respuesta de Courtois. En ambas porterías hay mucha explicación de por qué el Madrid no ganó hoy en el Calderón. Eso sí, logró al menos el empate, gracias a un gol de Cristiano Ronaldo en el minuto 83, tras una gran internada de Carvajal que acabó en la pierna derecha del portugués y en un disparo rasito y colocado al palo derecho de Courtois imposible de atajar. Faltaban siete minutos y el acoso merengue parecía no tener fin. Pero el Atlético de Simeone ya no es ese clásico «pupas» y, aunque pudo palmar otro derbi en la zona cesarini, se defendió son seriedad y rascó un punto que le mantiene con mucha vida en la Liga y con el goal-average a su favor. Eso sí, tres puntos por debajo del Madrid, que suma ya cuatro meses sin perder, desde su derrota en el Camp Nou ante el Barcelona (2-1), y seguirá viendo por el retrovisor, por segunda semana consecutiva, a azulgranas y colchoneros.