copa del rey
El Madrid acaricia la final de Copa
Los blancos golean al Atlético (3-0). Marcaron Pepe, Jesé y Di María. Fabuloso Modric. El Atlético, inexistente
El Madrid acaricia la final de Copa
Muchos ya esperaban a Ancelotti con la guadaña por conducir, hasta la fecha, un Madrid decepcionante en los partidos grandes de la temporada. O eso dicen. Se falló en El Madrigal, Camp Nou y San Mamés; y en el Bernabéu ante el Atlético. Del triunfo ... ante la Juventus, más el valioso empate en Turín, ni chitón. Quizás, tras la paliza de esta noche, bastantes comiencen a subirse al barco. Los blancos golearon en la ida de semifinales de Copa al Atlético (3-0) y rozan con la yema de los dedos su tercera final del torneo del K.O. en los últimos cuatro años. [Narración y estadísticas]
De un líder de la Liga se espera valentía, desparpajo y calidad. El Atlético de Madrid fue todo lo contrario. Encerrado en su campo, con la defensa en el área de Courtois, sin apenas tener el balón y con Diego Costa y sus artimañas como única arma con la que hacer daño al Madrid. Provocó una amarilla a Pepe y se las tuvo tiesas, aparte de con el luso, con Coentrao, Xabi Alonso y, sobre todo, Arbeloa. De hecho, el lateral merengue se la jugó hasta tres veces en la primera mitad. En dos ocasiones, Clos Gómez pudo haber señalado penalti si llega a ver sendos agarrones en el área del 17 blanco sobre el ariete colchonero. En otra, Arbeloa pisó intencionadamente el talón de Costa, una acción tan innecesaria como estúpida que podía haberle costado la roja al internacional español. Eso sí, de fútbol poquito. El Atlético sólo chutó dos veces entre palos en todo el partido. En concreto fueron dos cabezazos, uno de ellos sacado por Modric en la raya de gol. Poco bagaje para el vigente campeón. [Fotogalería: las mejores imágenes del Real Madrid-Atlético]
Mientras, el Madrid también tenía motivos para la queja. Mediada la primera mitad, Miranda cometió un claro penalti sobre Arbeloa cuando el lateral blanco se anticipó a un balón suelto en el área. Pero aunque la gresca predominara sobre el fútbol, ese no era partido de los de Ancelotti. Ellos fueron los únicos que propusieron cosas. Pusieron la defensa en tres cuartos de campo, cogieron el balón desde el minuto uno y, con una buena circulación del balón, merecieron irse al descanso con ventaja. Y así fue, gracias al gol de Pepe, que en el minuto 16 sorprendió saliendo de su guarida, incorporándose al área contraria y anotando el primero gracias a un chut con fortuna. El disparo del luso rebotó en Insúa, desviando la trayectoria y dejando inútil la estirada de Courtois.
Nuevo gol de Jesé
Los de Ancelotti tuvieron en el segundo poco antes del descanso en una jugada que acabó en una doble ocasión de Jesé y Modric que encontró en los guantes de Courtois una mejor respuesta. El canterano, el mejor de los locales junto a Modric y Di María, volvió a dar la talla en otro partido de nivel. Tanto Juanfran como Insúa fueron un juguete en manos de este niño que crece a pasos agigantados, partido a partido, como diría Simeone. Se ofreció incansablemente, desbordó cómo y cuándo quiso, asistió, chutó.. y marcó un golazo.
Sí, Jesé volvió a ver puerta en otro partido grande, como ya lo hizo en el Camp Nou, Mestalla o San Mamés . Fue a los diez minutos de la segunda mitad. Di María se inventó un pase a lo Magic Johnson entre las piernas de Juanfran que recibió Jesé en el área tras una diagonal perfecta. El canterano, ante la única solución física posible que tenía para rematar en carrera la asistencia del argentino, tiró de puntera, como los jugones de fútbol Sala, y batió por bajo a Courtois. Este chaval siempre responde, se llama como se llame el rival, y eso sólo le sucede a los elegidos.
Con dos a cero en el marcador, ventaja más que buena para la vuelta en el Calderón, el Madrid cambiaba la escala de prioridades. El tercer tanto seguía en la retina de los merengues, pero la guinda era la amarilla para Diego Costa. Ambas iban a caer como fruta madura. El brasileño vio la cartulina en su enésima trifulca con un futbolista del Madrid, en este caso Di María. Clos Gómez amonestó al ariete colchonero y no podrá jugar la vuelta en el Calderón al cumplir ciclo. Tanto Costa como el Atlético confundieron agresividad con intensidad desde que se bajaron del autobús. Y lo pagaron muy caro. Ni ellos tienen el físico del choque de Liga, ni este Madrid es tan frágil como lo era aquel.
Para completar la fiesta en el Bernabéu, a falta de quince minutos para el final, Di María hizo el tercero, del mismo modo que llegó el primero. Chut desde la frontal del área, el balón rebota en un contrario (en este caso Miranda) desviando la trayectoria del mismo, y se cuela mansamente en la portería de Courtois. Toda la suerte que tuvo el Atlético con los palos en la final de Copa del año pasado le dio la espalda en esta ocasión. Precisamente algo de suerte, pero mucho más de fútbol y juego es lo que necesitarán los colchoneros para darle la vuelta a una eliminatoria que deja al Madrid con pie y medio en la final. La solución, en seis días.
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