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Diego López, primera prueba de fuego; Valdés, otra cruz en las despedidas azulgranas
Diego López soporta el peso de la leyenda de Casillas; Víctor Valdés podría jugar su penúltimo clásico
tomás gonzález-martín/xavi hernández
Íker Casillas , mientras el gallego mantiene el puesto con Mourinho y con Carlo Ancelotti . La azulgrana se debate en la búsqueda de un guardameta para el futuro, porque Valdés , el rey bajo palos, se marcha. El Barcelona no ha sabido ... convencerle para que continuara. Es otra cruz en su agenda de despedidas. Esta es la situación de las dos porterías. El clásico español llega con dos porterías en conflicto. La madridista, con Diego López como titular, soporta la presión mediática y legendaria de
El Real Madrid vive una batalla deportiva y mediática entre Diego López e íker que trasciende al fútbol y al propio Real Madrid . El gallego regresó a su antiguo club a finales de enero. José Mourinho habló con Diego López el 24 de enero y le convenció: «Ven al Real Madrid, vas a jugar». La lesión de Casillas en Mestalla, el día antes, obligó a la casa blanca a tomar decisiones de urgencia. Quedaban siete días del mercado de invierno. Mourinho le abría las puertas del club en el que militó durante siete años desde el 2000, ascendiendo desde las divisiones inferiores. El guardameta volvía «a casa» con la intención de ganarse el puesto y quedarse. Se marchó en 2007 después de vivir dos años de ostracismo ante Íker en el primer equipo. Ahora, es el mostoleño quien soporta la suplencia ante el rendimiento del lucense.
Diego López ha mantenido la titularidad contra todo y contra todos. Contra la leyenda de Casillas y contra los antimourinhistas. Su golpe de guante lo dio cuando Ancelotti perpetuó su primacía el 17 de agosto, en el estreno de la Liga. Aguantó de nuevo la falta de respeto de quienes defendían con posturas extremas a su rival por la posición titular bajo los palos. El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tuvo que pedir a la afición blanca que aplaudiera a los dos.
Ganó en el Camp Nou. Diego López aprobó su primer gran examen de reingreso en el Real Madrid cuando eliminó al Barcelona en las semifinales de la pasada Copa del Rey, con empate a un gol en el Bernabéu y una soberbia victoria por 1-3 en el Camp Nou. Fueron los primeros clásicos de su carrera. Después, volvió a vencer a los azulgranas en la Liga, 2-1, con el título sentenciado. Mañana será protagonista de su primera gran prueba de fuego en un clásico con la Liga en vilo.
El guardameta gallego juega contra muchos frentes, incluido el mediático. Casillas ha expuesto que meditará marcharse en enero si no recupera el protagonsimo en la Liga. Ha precisado que no es un ultimátum. Diego López, el afectado, no habla, solo juega.
Enfrente, en el Barcelona, se vive una realidad distinta. Valdés se va, no quiere segir, y no hay un Diego López para sustituirle.
Valdés. Otra cruz en la agenda de despedidas . Mientras el Barcelona piensa en el clásico de mañana y está pendiente del pubis de Piqué y el ánimo de Mascherano tras fallar en Milán, en la presidencia se espera al Real Madrid y se siente preocupación por el fichaje del futuro cancerbero.
«Tenemos que acostumbrarnos a que Valdés no seguirá ». Así se expresó el vicepresidente deportivo del Barcelona, Josep María Bartomeu, en una entrevista que concedió hace unos días. Su frase reflejó muy bien el sentir generalizado que existe sobre la decisión «irrevocable» del portero, que se marchará el próximo verano y que mañana tachará otra cita especial de su agenda de despedidas jugando su último clásico liguero en casa. Y lo hará especialmente motivado, ya que la última vez que se enfrentó al Madrid acabó expulsado.
Al Camp Nou, efectivamente, le cuesta hacerse a la idea de estar asistiendo a la última temporada de su portero predilecto. Tan es así que en la grada se puso de moda pedirle a gritos que replanteara su postura, en un gesto que llegó a incomodarle. Desde el césped, envuelto en su aspecto imponente, rogó que dejaran de agasajarle en esos términos. La decisión está tomada y, como dijo Andrés Iniesta, « no hay nada que hacer». En unos meses, el mejor guardameta de la historia del club se irá gratis, contra la voluntad de algunos directivos que ya lo habrían traspasado. El vestuario y la dirección deportiva frenaron su marcha.
Valdés cumplirá 32 años en enero y sabe que está ante un momento clave para su carrera. Tiene la oportunidad de firmar su último gran contrato —con el Mónaco, salvo sorpresa— y la ocasión de ser, por fin, titular con la selección en una gran cita como el Mundial de Brasil.
Frente al Madrid deberá proteger una meta que cuenta con serias dudas en la defensa por los problemas físicos de Piqué (pubis) y los fallos reconocidos por Mascherano , que están costando más de un disgusto.
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