El verdadero infierno turco es el césped del estadio

El rival del Madrid no ha parado de tener problemas con el césped de su estadio. Se inauguró hace dos años, pero se ha demostrado que es una bacalá. Ya en enero, en el partido con el Schalke, se vio que la hierba se levantaba, que el suelo era irregular y el césped estaba suelto. A medida que han ido pasando los meses el problema ha ido a más, tanto que el Galatasaray estudió aplazar el partido de la Super Liga turca que jugaron este fin de semana contra el Mersin o jugarlo en el Estadio Olímpico de Estambul. Ninguna de las opciones funcionó. Se ha intentado arreglar usando un sistema de radiación con luz artificial para incrementar la velocidad de crecimiento de la hierba y la recuperación del terreno de juego, pero no ha dado tiempo.

El estado del terreno de juego beneficia más al Galatasaray que al Madrid, que es un equipo mucho más técnico y necesita la precisión del toque y el pase para montar sus contras. Las continuas lluvias sobre Estambul durantes estos días no ha contribuido a arreglar el problema.