Luka Modric, héroe inesperado en Old Trafford

Marcó un golazo cuando más lo necesitaba el equipo, con el marcador en contra y el miedo de la eliminación a media hora del peligro. Su tanto del empate no solo tranquilizó al conjunto español. Le dio la confianza para sacar toda la calidad que el Real Madrid lleva dentro. El croata había cogido las riendas del once de Mourinho y no las soltó. Fue el hombre clave de la eliminatoria .

Sin descanso, Luka aprovechó el momento ideal de todo el conjunto para sentenciar el encuentro y la clasificación. No dejaba de surtir de centros medidos a los delanteros. Dio el pase en profundidad a Higuaín que Ozil y Cristiano culminaron en la segunda diana, la de la tranquilidad. El 1-2 daba el visado de Champions al club madrileño. Modric fue el artífice cuando hacía falta. Los blancos eran uno más, pero no es la primera vez que con diez se consiguen las metas. El croata lo impidió. Fue necesario el toque preciso de Modric para reaccionar. Lo dio en la fase decisiva del partido. Por fin, Luka se sintió cómodo en un duelo importante. Se sintió protagonista.

Su precio, 40 millones, quedó saldado con este pasaporte para los cuartos de final. Ya no le recordarán nunca más su coste, sino el disparo del empate a uno en el Teatro de los Sueños. De los suyos. Desde que firmó por el Madrid nunca había tenido tanto tiempo el balón en sus botas. Nunca circuló tanto la pelota por sus pies. Ni en la Liga, ni siquiera en la Copa contra los rivales débiles. En Manchester fue el jefe. Expulsado Nani, con el United en inferioridad numérica, Mourinho ordenó que todo el fútbol pasara por sus pies y que Higuaín, Khedira, Ozil y Cristiano jugarán siempre por delante de él. Fue un acierto táctico. El Madrid ligaba su fútbol por todos los flancos. El United estaba desbordado. Luka enlazó su juego con Ozil dentro del área inglesa y el alemán recibía el esférico y triangulaba con Khedira e Higuaín. El Madrid ganó gracias a su fichaje más discutido.