Adán o Diego López, sucesores de César

Aunque será lo que ocurra esta noche (21.00 horas) en el estadio Santiago Bernabéu, cuesta imaginar un Real Madrid-Barcelona sin Íker Casillas en la portería blanca. El guardameta de Móstoles ha defendido la meta madridista en los últimos 30 duelos entre su equipo ... y el Fútbol Club Barcelona. En total, algo más de diez años siendo uno de los principales protagonistas de uno de los mejores enfrentamientos que hoy por hoy puede ofrecer el planeta fútbol.Pero no siempre fue así. En la campaña 2001-2002, con Vicente del Bosque en el banquillo merengue, Íker arrancó la temporada como titular. Sin embargo, con el paso de la competición el técnico salmantino relegó al canterano a la suplencia, en un movimiento que levantó suspicacias pero no el enorme revuelo mediático de las últimas semanas. Casillas ya había dejado atrás el calificativo de promesa y se había consagrado como un portero con un don especial, pero no era el capitán, ni contaba en su palmarés con dos Eurocopas y un Mundial con la selección española. César Sánchez, en un magnífico estado de forma, ocupó su lugar en la portería madridista. Y cumplió con creces. El cacereño sería titular hasta la final de la Liga de Campeones disputada en Hampden Park ante el Bayer Leverkusen, en la que una inoportuna lesión tras un mal paso le devolvió la portería a Íker. Corría el minuto 68 del partido y el madrileño no desaprovecharía la oportunidad, salvando las últimas embestidas de un conjunto alemán que perseguía el empate, y convirtiéndose en un héroe para el madrisimo.