Sara Baras vuela por Paco

Dos fechas marcan 'Vuela', primero rendir homenaje al maestro Paco de Lucía en el décimo aniversario de su muerte, un artista con el que Sara Baras ha estado muy unida a lo largo de su carrera, y que conoció con tan sólo catorce años. Y después, el veinticinco aniversario de la creación de su propia compañía en 1998, pocos años después de que Sevilla la descubriera bailar en el pabellón de Andalucía de la Exposición Universal del 92, una magnífica coreografía por rondeña.

Han sido veinticinco años en los que Sara Baras se ha hecho como bailaora, coreógrafa y artista, consolidando una de las mejores compañías de flamenco que ininterrumpidamente, ha realizado año tras año giras y temporadas de forma habitual en distintos teatros de España y el extranjero, algo que no es fácil, sobre todo llevando un elenco de más de quince personas.

Premio Nacional de Danza, Medalla de Andalucía, Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, Sara Baras ha querido dedicar el aniversario de su compañía nada menos que a la memoria de un maestro, Paco de Lucía, pero también a su padre, fallecido en 2022, un día en el que la bailaora tuvo que salir al escenario a pesar del desgarro por su pérdida.

'Vuela' sigue la estela de la obra 'Alma de bolero', estrenada en el teatro de la Maestranza en 2021, donde también rendía homenaje a su padre y su afición por los boleros. Conformada en quince movimientos, 'Vuela' se basa principalmente en ideas como la madera, el mar, la muerte y volar. Sin embargo, a pesar de los vertiginosos zapateados de velocidad envidiable y de técnica espectacular, de esas carretillas imposibles con el tacón que apenas hoy se hacen, o de los matices sonoros que consigue encontrar con sus tacones, Sara Baras está en esta obra mucho más etérea que en otras, dándole un principal protagonismo a sus brazos, a sus giros, a sus manos, incluso convirtiéndolas en solistas en algunos de los movimientos de la coreografía.

Realizada con la pulcritud y elegancia que siempre tienen los espectáculos de esta artista y con un público entregado desde el minuto uno, hay momentos que son difíciles de describir, pero si podemos mencionar, como el taranto de El Mati, con la guitarra de Keko Baldomero, quien por cierto ha compuesto una espléndida banda sonora para esta obra, respetando la añorada guitarra del maestro Paco de Lucía; la seguiriya de Sara Baras con Daniel Saltares; las alegrías con la música de 'La Barrosa' del maestro de Algeciras que bailan cinco mujeres con bata de cola y descalzas, por aquello de que el baile cuanto más se acerca al mar, más pierde el tacón; el adiós con abanicos de la compañía al cante por fandangos; la dulzura de 'Canción de amor' de Paco que te lleva a lugares insólitos de los sentimientos..., para concluir con un espectacular paso a tres de Sara Baras, el cante de El Mati y el saxo de Diego Villegas, un momento impresionante, interpretando y bailando 'Ojos verdes'.

Sara Baras se ha convertido en una bailaora clásica contemporánea, que renueva su propio estilo sin despegarse de lo que ella entiende por flamenco, y que es, por el público que le sigue desde hace veinticinco años, un verdadero acierto. Empezó rompiendo estéticas y situando al flamenco en una dimensión dancística diferente a la que imperaba en ese momento y ahí está, fiel a su flamenco, el que aprendió de su madre Concha Baras o de la mano del mismo Manuel Morao.

Sus espectáculos son pura artesanía, cuidando muchísimo el guión, la interpretación, con un elenco escogidísimo, tanto en el baile como el atrás, que es un delante, en el que destaca los diferentes momentos en los que además de la guitarra de Keko Baldomero, interviene la flauta, saxo y armónica del sanluqueño Diego Villegas, o el cante de El Mati y de May Fernández. Todos ellos en estado de gracia. Magníficas las luces de Oscar de los Reyes, con una limpieza acorde con el concepto teatral y de desarrollo de la obra, destacando esos seis haces de luz que abren este montaje conformando las seis cuerdas de la guitarra de Paco. Todo es pura metáfora

En Sevilla anoche triunfó y lo hizo con anécdota, porque además de los tres bises que brindó al público, hizo subir al escenario a Jorge Cadaval y a su marido el actor Ken Appledorn, quienes para alborozo del respetable se marcaron una pataíta por bulerías.

Sara Baras a sus 52 años está en plena forma creativa y física. Firme en sus convicciones estéticas que conserva y desarrolla y que le dan coherencia a su baile y a sus creaciones, ha hecho con 'Vuela' una obra muy especial porque ha volcado en ella sus recuerdos y sus afectos y eso se transmite en cada compás de su baile, lleno de verdad sin recovecos.