'Priscilla, reina del desierto', primer gran musical que llega a Sevilla en el año 2025

Cristóbal Garrido -Sharonne como nombre artístico- interpreta el papel de Bernadette, un transexual que es uno los protagonistas del musical. Este actor había actuado antes en Sevilla haciendo de maestro de ceremonias en 'The Hole'. Asegura que «es un espectáculo que le va a encantar a la gente que sigue el teatro musical, ya que visualmente es muy atractivo». Además, destaca la dirección artística que realiza Pepe Ocio, ya que «dirige muy bien la parte interpretativa y ha hecho un gran trabajo distinto a lo que se hace en los musicales. No sólo en la parte del cante y del baile, sino también en lo que se refiere a la interpretación. La gente se lo pasa bomba porque se conoce todas las canciones. Es un musical que tiene todos los ingredientes para triunfar».

Comenta igualmente Garrido —ganador de la segunda edición del Drag Race España celebrada en 2023— que conoce la película desde joven «y para mí cambió el cine LGTB y lo que significaba para el mundo drag. Además, la actuación que hizo Terence Stamp en el papel de Bernadette me pareció maravillosa». La versión que ahora viene a Sevilla —que es la misma producción que ha triunfado en Londres— «al ser teatro musical, tiene un giro nuevo y se ha adaptado a la realidad actual», subraya este actor. En ese sentido, dice que el musical se estrenó en España hace diez años y que «la sociedad ha cambiado en ese tiempo». Igualmente asegura que «también se ha actualizado la manera de actuar de mi personaje. Yo he creado cosas desde mi visión y el director me ha permitido que le aporte todas esas cosas al personaje de Bernadette. He compartido toda la vida con drag queens que me han inspirado mucho para Bernadette».

Este actor comenzó estudiando en una escuela de teatro a los 14 años. Posteriormente montó su propia compañía teatral y produjo varios espectáculos que se estrenaron también en distintos países como Francia y Reino Unido. «Mi mejor escuela fue montar una compañía de teatro y encontrarme todas las dificultades. En la escuela de teatro te preparaban la voz para el teatro, pero para cantar. Por eso a los 19 años decidí estudiar en una escuela donde se bailaba y te preparaban para el canto y el solfeo. El mejor consejo que le doy a todo el mundo es la preparación. Tienes que acabar dándole más al público. Si te quieres dedicar a esto, tienes que dar mucho más», afirma este actor.

Este musical lleva dos meses en Barcelona, «y el público cambia mucho de un día a otro», dice Garrido, que además añade que «hay que estar a atentos a los compañeros en el escenario y escuchar también al público, ya que las reacciones del público son muy distintas. Hay público que se pone de pie a bailar. Cuando acaba el espectáculo mucha gente nos saluda y nos felicita porque dicen que han reído y también que han llorado en ocasiones. Además, hay gente que nos dice que necesitan volver a verlo. En definitiva, es un viaje emocional que dura casi tres horas». Entre las reacciones del público destaca una que le llegó muy hondo. «Hace poco una chica que vino con su madre me escribió por Instagram. Su madre está enferma y no la veía sonreír así como lo hizo el espectáculo desde hacía tiempo. Los espectáculos pueden curar heridas emocionales. Es una manera de poder hacer un paréntesis en tu vida».

Por su parte, Víctor González es otro de los protagonistas del musical, interpretando el papel de Tick, personaje que ya hizo hace una década como cover o sustituto del actor principal. «Hace diez años Som Produce hizo la versión australiana de 'Priscilla'. Hice las audiciones y me contrataron para hacer el cover de Tick. Yo antes lo hacía una vez por semana y ahora lo hago a diario, esa es la principal diferencia», comenta.

En cuanto al espectáculo en sí, sobre todo destaca el valor de la banda sonora porque «la conoce todo el mundo y cada persona tiene algún recuerdo especial de estas canciones y las ha bailado alguna vez. Es una obra que es una fiesta y es muy divertida. La gente va a poder desconectar y disfrutar. Son casi tres horas de desconexión absoluta de tu realidad». Además, dice que el público «viene al final del espectáculo y te agradece mucho porque logran desconectar de la realidad. En los aplausos finales se produce una fiesta. Luego, a lo mejor otro día te tomas un día un café y la gente te reconoce, te saluda y dice que va a llevar a sus padres o a sus hijos».

Otra de las claves de este espectáculo, según Víctor González, es que es «una historia de tolerancia, amor y respeto». De ahí que esté hecho «para que la gente reflexione. Aparte de ese lado más festivo, hay una parte más reflexiva. La película contaba la historia de una mujer transexual que viajaba por el desierto con dos homosexuales para que uno de estos conocieran el hijo que tuvo con una novia. Se han logrado muchas cosas desde que se estrenó hace treinta años, pero hace falta aún gritar», incide.

También este actor resalta que se cuente la historia de amor entre una mujer transexual y un hombre heterosexual. «Bob no tiene reparos con la persona que conoce, solamente se enamora de Bernadette. Más allá de la superficie del espectáculo, es interesante pararse a pensar». Por eso añade que «la persona que da un mensaje mayor de respeto y tolerancia es el niño, el personaje que hace de mi hijo, que es interpretado en escena por niños de 7 a 9 años. Es el personaje que tiene menos prejuicios. No tiene problemas con la profesión de su padre ni con la orientación sexual. El niño habla desde la inocencia. Les enseñamos a juzgar y a odiar, pero este chico no odia nada porque no ha conocido nada de eso», destaca.

Víctor González lleva veinte años trabajando en el teatro musical, ya que debutó en 2004 con 'Cantando bajo la lluvia'. «Ahora veo las cosas con ojos diferentes que a los veinte años. Antes lo veía más con la pasión, pero ahora lo veo más como una profesión. Miro para atrás y me siento orgulloso de ser un superviviente en una profesión en donde es muy difícil mantener la constancia en el terreno laboral. Estoy muy orgulloso porque es una profesión muy exigente, ya que tenemos que bailar y a nivel vocal hay que cuidarse mucho».

Recuerda también que hace unos años trabajó con una coreógrafa en 'Fiebre del sábado noche' que «nos dijo que teníamos que cuidarnos como deportistas de élite porque tenemos que hacer ocho pases a la semana de producciones muy exigentes. Tenemos que ir mucho al fisio, al gimnasio, estirar, descansar mucho, dormir… Dejas tu cama, tus comidas a ciertas horas, etc. Hay que tener mucha salud general para hacer ocho funciones a la semana. La repetición quema mucho, pero por ahora a mí no me ha pesado porque cada función es distinta y sigues estando fresco. Es duro estar tres horas sin parar, pero después el público o las miradas de complicidad que nos echamos entre los compañeros nos devuelven las energías», concluye.