crónica
Les Luthiers, cuando el saber y la risa se funden
Los míticos comediantes y músicos argentinos brillaron anoche con 'Más tropiezos de Mastropiero', el show con el que se despiden de los escenarios, ante un Auditorio Fibes que se llenó para la ocasión
Fernando Rodríguez Murube
Sevilla
Los teatros más importantes de medio mundo derraman lágrimas estos días por culpa de Les Luthiers. Si durante más 55 años esas gotitas han asomado por sus mejillas de pura e irrefrenable risa, ahora lo hacen de lamento solo de pensar que ... a partir del año próximo estos artistas que personifican la quintaesencia del humor hispanohablante podrán disfrutarse solo en las redes, los discos o YouTube, pero no en persona y sobre el escenario.
Pero mientras el inexorable momento llega, aún siguen deleitando a uno y otro lado del océano. La gira que pone punto y final a esta brillantísima trayectoria durante este 2023 llegó anoche al Auditorio Fibes de Sevilla –que se llenó para una cita tan especial como esperada– de la mano de 'Más tropiezos de Mastropiero', la primera obra que estrenan los argentinos en tres lustros, que a su vez supone la primera y la última escrita a cuatro manos por los incombustibles Carlos López Puccio y Jorge Maronna, los dos históricos del grupo musical-humorístico que aún perduran en los shows.
El espectáculo pivotó en torno a un programa de televisión titulado 'Diálogos con la cultura' en el que en su cita semanal se encarga de entrevistar al creador de las obras de Les Luthiers, el inclasificable Johann Sebastian Mastropiero, popular personaje ficticio que encarna una síntesis satírica y desternillante de varios compositores clásicos. Durante la peculiar charla, entrevistador (Roberto Antier) y entrevistado (Martín O'Connor) reverdecieron los fracasos más insignes del artista, desde sus inicios hasta la actualidad. Un dúo que brilló a un nivel altísimo durante toda la noche.
Enemigos del histrión y haciendo alarde de una admirable elegancia, Les Luthiers facturaron dos horas de humor y música sin mácula, añadiendo algunos episodios nuevos a su amplio historial de discursos que ya están cincelados en los anales de la historia del humor junto a los de los Monty Phyton y que conforman un constituyente esencial de la cultura hispanohablante.
Tres años y medio de trabajo creativo
'Más tropiezos de Mastropiero', resultado de tres años y medio de trabajo, combinó tradición y modernidad con sumo acierto gracias a dosis admirables de inteligencia, originalidad y talento. Aunque la inmensa mayoría del programa era nuevo, la formación actual honró en su despedida a los compañeros que ya no están incluyendo tres títulos pretéritos sobre los catorce que conformaron el repertorio.
Hubo momentos más que brillantes y desternillantes que tocaban con sutileza dentada temas como el lenguaje inclusivo o el feminismo. «Siempre hay que defender a las minorías, sobre todo cuando son muchos», dijo Mastropiero ante un periodista tan descolocado y abrumado por las desconcertantes respuestas del personaje de la semana que, incluso, llegó a levantarse para pedir vacaciones a sus jefes.
Otro de los planteamientos que hurgó en la moral del presentador fue cuando el maestro teorizó sobre su hipótesis de que Fernando Magallanes fue el primer político de la historia: «Demostró que navegando a la izquierda, a la izquierda, se acaba en la derecha».
Sus clásicos, refinados y subyugantes juegos de palabras, la sinuosidad de sus hilarantes diálogos y discursos, repletos ambos de sabiduría, lucidez, ironía y cantidades industriales de ingenio, fueron una fábrica de carcajadas a pleno rendimiento durante toda la velada.
De las antiguas destacó la parte de la entrevista dedicada al divertidísimo 'Vote a Ortega', música proselitista que Mastropiero escribió para el líder político (también ficticio) Alberto Ortega y las confesiones inconfesables de 'Pasión bucólica', con ese giro final de guion tan característico a lo largo de su carrera.
También destacó, cómo la parte musical, tanto en la interpretación de los instrumentos clásicos y el cante, como en los instrumentos informales, entre los que destacaron el bautizado como Órgano a pistones, el Bass pipe a vara (una suerte de trompeta gigante con ruedas) y el Nomeolbidet (un instrumento medieval llamado organistrum construido con un bidé y un tubo de PVC como diapasón). Este miércoles vuelven a Fibes para despedirse definitivamente del público sevillano.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete