crítica de danza
La danza africana arrasa con su energía
La compañía del coreógrafo Idio Chichava estrena con enorme éxito en el teatro Central la obra 'Vagabundus'
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Crítica de Danza
'Vagabundus'
- Concepto y coreografía: Idio Chichava
- Intérpretes: Açucena Chemane, Arminda Zunguza, Calton Muholove, Cristina Matola, Fernando Machaieie, Judite Novela, Mauro Sigauque, Martins Tuvanji, Nilégio Cossa, Osvaldo Passirivo, Patrick Manuel Sitoe, Stela Matsombe y Vasco Sitoe.
- Diseño luces: Phayra Baloi.
- Teatro Central Estreno en España. Día: 16 de mayo de 2025
El público entra en la sala y mientras los miembros de la compañía Converge + se han desperdigado por el patio de butacas entonando canciones de inspiración africana hasta que al final una potente voz de barítono reúne a todos los bailarines sobre las tablas. ... Así empieza 'Vagabundus' del coreógrafo mozambiqueño Idio Chichava que realizó en el Teatro Central de Sevilla su estreno nacional.
La obra está interpretada por trece bailarines-cantantes cuyo físico se aleja de la normativa habitual de los cuerpos de la Danza. En la obra no hay música grabada porque son los propios bailarines los que a capella van entonando una serie de canciones ancestrales de su tierra a varias voces y perfectamente entonados, en un dificilísimo ejercicio de cantar y bailar, incluso boca abajo, que es de una dificultad notable.
La emoción lo ocupa todo porque Chichava nos está hablando de momentos muy duros de su país como la migración que tanto afectó a Mozambique, y lo hace con los rituales de danza del pueblo Makondé. Por eso, los trece bailarines salen a escena cada uno portando lo que pueden: una rueda de coche, bolsas, un hatillo con telas de colores e incluso alguien lleva a una mujer en un carrito de supermercado, como si quisieran llevarse sus últimas pertenencias, incluso hay un hombre que con un bastón muy largo parece señalar y abrir el camino de ese exilio. El comienzo de la obra está lleno de imágenes impactantes.
El canto a capella de los bailarines es hipnótico, y al mismo tiempo los cuerpos se mueven de forma eléctrica, convulsionando de manera constante. El grupo empieza a recorrer el escenario muy juntos, aunque en ocasiones un cuerpo se sale del grupo y quiere destacarse con movimientos propios. La manera en que estos cuerpos africanos se mueven es espectacular. No hay un sólo músculo que se quede estático, pero incluso cuando parece que no se mueven, el cuerpo tiene ritmo.
En este canto de resistencia no hay apenas elementos, pero sí muchísima energíaque es contagiosa. Los bailarines van vestidos con calzonas de colores que parecen de raso, y los pies descalzos, unos pies que cuando zapatean planos sobre el escenario crean sonidos compactos y duros. Pero Chichava también ha incluido gestos y movimientos de otros pueblos como de las danzas zulúes, en particular los lanzamientos de piernas tan espectaculares o los saltos continuados estirando el cuello como queriendo tocar el cielo.
A lo largo de la pieza se van formando muchas imágenes gracias a un potente diseño de luces que señaliza de forma magistral el agrupamiento de los bailarines, en estampas inquietantes y definitivas.
La energía que despliegan los 13 intérpretes en escena es impresionante. Cantan, bailan, entonan, corren por el escenario, no hay un momento de descanso, transmiten una serie de sentimientos muy diversos, no hay descanso para el espectador. 'Vagabundus' nos lleva a muchos lugares y emociona. Gran creación de Chichava, el coreógrafo que tras catorce años en Europa, y estudiar en la P.A.R.T.S de Anne Teresa de Keersmaeker, decidió volver a su país, a Mozambique haciéndose pasar por turista.
Al final de 'Vagagundus' los bailarines vuelven a tomar el patio de butacas con sus cantos a capella, y definitivamente lo abandonan por un lateral. Grandes aplausos en el teatro Central, y vuelven a salir a escena y cantar, pero esta vez no lo hacen sólos, se les une el público al que piden que baje al escenario a bailar. y las tablas del teatro se llenan de espontáneos. Hemos entrado en el momento catártico.
Hace tiempo que muchos creadores se mostraban preocupados por la creatividad de la danza europea, y muchos volvieron sus ojos a otros continentes. Está claro que la Danza debe mirar a Africa con atención. Allí aún hay mucho por descubrir.
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