'El lago de los cisnes': Angelin Preljocaj o la plástica de la danza

Por abreviar y situarnos, la coreografía original de Marius Petipa y Lev Ivanov, estrenada en el Bolshoi de Moscú hace más de 150 años, cuenta la trágica historia del príncipe Sigfrido y la princesa Odette, y el personaje malvado del mago Rothbart, que usa su poder para destruir la felicidad de la pareja de enamorados, con un cisne negro que fascina al príncipe, convirtiendo a la princesa en un cisne blanco que al final muere.

Las relecturas sólo puede salir bien de la mano de grandes coreógrafos, como es el caso. Aún tengo en mi memoria aquella 'Giselle' de Mats Ek a la que el coreógrafo sueco convierte en la ingenua del pueblo y que, engañada por un hombre, termina su vida en el manicomio, o su 'Bella Durmiente', una joven enganchada a las drogas; la 'Car man' de Matthew Bourne, una 'Carmen' que en lugar de tener como escenario la fábrica de tabacos, se desarrolla en un taller de coches; o la reciente y onírica versión abstracta de 'Giselle' para el English National Ballet, obra del coreógrafo Akram Khan..., y así innumerables ejemplos.

Para esta producción Angelin Preljocaj sigue con su mismo equipo y ha contado además de con la música original de Chaikovski, no las tres horas sino en los fragmentos necesarios, con una música adicional contemporánea obra de de 79D. Además, hay que destacar el magnifico vestuario de Igor Chapurin, el espectacular vídeo diseñado por Boris Labbé, y unas fantásticas luces de Éric Soyer. 

El coreógrafo ha conservado la pareja de enamorados, y al contrario que en el argumento original, le da una enorme importancia a los padres de la joven (el rey y la reina), convertidos en especuladores financieros de una plataforma de perforación que manejan en Bolsa, como se pone de manifiesto en las imágenes que se proyectan de números tan característicos de las pantallas bursátiles.

En la fiesta tradicional del primer acto se presenta un mapa azul, un lago bajo el cual podría haber petróleo.... La metáfora de que el agua es vida, toma aquí un papel principal. La narrativa se desarrolla también en las imágenes que se suceden en el chroma de edificios que van creciendo sin parar, restos fósiles, naturaleza que va perdiendo espacio, y finalmente el lago que termina desapareciendo inundado por una masa negra sobre la que al final mueren los cisnes contaminados.

A pesar de esta nueva perspectiva, la historia no pierde ni un momento su sentido original. Ahí están los padres de Sigfrido, Odette, el mago y los cisnes, además de los amigos financieros (en el original, la corte), y los amigos del príncipe.

Preljocaj es el genio de la plástica de la Danza. En sus creaciones busca siempre generar imágenes inolvidables, como el paso a dos de los protagonistas de una belleza increíble, o cuando mantiene el paso a cuatro de los cisnes, sin olvidar la alineación tradicional de cuatro filas que surgen de los hombros abiertos del escenario, e incluso conservando el tradicional y vertical braceo con las manos giradas y hacia arriba.

Y no, no hay puntas ni tutús, pero ni se echan de menos. La coreografía es enérgica y coral, destacando a la pareja protagonista, los padres del príncipe, y Rothbart. Pero en realidad es toda la compañía la que otorga presencia a la obra en toda su dimensión. Preljocaj conserva muchísimo la estética clásica del braceo, para desarrollar su trabajo lineal en las composiciones y exige una contundente y dificilísima ejecución en puntas desnudas a las bailarinas (bailando sobre el filo de los dedos y girando descalzas), mientras ellos llevan zapatos.

La obra es brillante, vibrante, poética y sobre todo interpretada de una manera magistral por un cuerpo de baile en el que no decae en ningún momento la energía, y de una homogeneidad de calidad, impresionante. Saltos, giros, elevaciones, un dificilísimo movimiento de 23 bailarines con gestos geométricos hechos con brazos y manos, una interpretación y una coordinación casi diríamos que perfecta.

Este 'Lago' de Prejolcaj será un clásico dentro de cincuenta años, o quizás menos, a tenor de cómo corre hoy la vida. La realidad es que hacer una relectura de un ballet de Chaikovski/Petipá/Ivanov, no es fácil, tenemos en nuestra memoria demasiados tópicos. Preljocal nos ha dado nuevos recursos estéticos y dancísticos para pensar en otro 'Lago', más contemporáneo, más conectado con la realidad y con una coreografía que, inspirada en nuestros clásicos, se despega sin rubor por otra estética.

Al final de la obra el público del Maestranza que llenaba el teatro, puesto en pie de forma abrumadora, aplaudió con entusiasmo. Y también hubo anécdota. Durante los aplausos dos pancartas surgieron de entre el público. 'Son ecologistas' dijo alguien. Pues no, algo mucho más familiar, dos bailarines de la compañía, Laurent y Emma, habían hecho su última representación y sus compañeros quisieron así decirles adiós.

Sin duda para ellos y para nosotros, un 'Lago' para recordar.