'Un verso puede ser un poema' y la historia de la vida de Bécquer puede caber en una torre sevillana

Al compás de los abanicos de los asistentes, acomodados un singular patio butacas formado por sillas y tumbonas de aire playero, daba comienzo la obra. Santi Rivera, de la compañía de teatro Imperdible Artes Escénicas, daba vida al poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer en un monólogo de una hora.

En los primeros compases de la trama, el actor atrae la atención de los presentes con dos alegorías muy al hilo de la ubicación natural y bucólica del jardín del convento: las historias de una mariposa blanca y una araña negra. Iluminado tan solo por un foco redondo a los pies de la torre, en este tramo el espectador asume el tono y la estructura de la obra que va a ver a continuación: el relato de la vida del literato sevillano más grande del siglo XIX, que ha inspirado a figuras tan relevantes como Rubén Darío, Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez, contado en primera persona.

Con un lenguaje sencillo y directo, pero en el que se echa en falta el acento andaluz, Bécquer habla directamente al público. Cuenta desde sus primeros pasos literarios en Sevilla, pasando por su dura marcha a Madrid, los trabajos con los que intenta ganarse la vida, los amoríos y desventuras que sufre (que no son pocas), la tuberculosis que le obliga a tomarse un tiempo de retiro, su inseparable hermano, el pintor Valeriano Bécquer... Puede decirse que la obra está formulada de tal forma que acerca de una manera didáctica y muy visual a todo aquel que no conozca bien al mayor exponente del romanticismo español. Y es que aunque no es un recital, no faltan pinceladas de poemas archiconocidos como '¿Qué es poesía?' y estrofas muy famosas de sus Rimas y Leyendas, que al instante reconoce el público, demostrando que «un verso puede ser un poema».

Durante la hora en la que se desarrolla la trama, el mapping proyectado sobre la torre de Don Fadrique absorbe y traslada al espectador a los lugares que va mencionando el poeta. Este puede ser el aliciente por el que muchos se animarán a salir de casa en pleno agosto y será un acierto. Se trata de un apoyo fundamental junto al monólogo, una forma de mantener la atención del público a través de fotografías de la Sevilla y la Madrid de la época, de obras de arte y composiciones oníricas. Además, no sabemos si por casualidad o provocado, durante el estreno, el pasado miércoles 2 de agosto, el respetable se vio sorprendido en varios momentos por una leve brisa justo cuando el relato hablaba del viento y del movimiento de los árboles, algo que sucedió in situ en el jardín del convento. Casualidad o no, fue enormemente agradecido por los asistentes.

Esta representación comenzó a ser tradición hace tres años por la conmemoración de los 150 años del nacimiento del poeta sevillano. Este año, de la mano de la compañía de teatro Imperdible Artes Escénicas, la exhibición 'Bécquer, la vigilia del sueño' sube de nivel yendo más allá del tradicional vídeo-mapping sobre los muros de la torre. Podrá verse hasta el 2 de septiembre de martes a sábado a las diez de la noche.

El montaje espera a los sevillanos «renovado y ampliado», fusionando el teatro con la imagen, la pintura, la poesía y la tecnología, y con un elenco protagonizado por Santi Rivera como Gustavo Adolfo Bécquer, Pepa Muriel, Antonia Zurera, Belén Lario y Celia Vioque como voces de musas, Antonio Guajardo y Rodrigo Roca (voces de niños) y Claudia Roca como imagen de espíritus.