Diez edificios de Sevilla que no sabías que eran de Aníbal González

Sin embargo, la obra de Aníbal González no se limita a la icónica Plaza de España. Y es que en Sevilla se pueden encontrar otros edificios menos conocidos, pero igualmente significativos, que también muestran su talento y su visión arquitectónica. A continuación, presentamos una serie de edificios que a menudo pasan desapercibidos, pero que no dejan de ser testimonios del legado que Aníbal González dejó en la ciudad.

Dentro de las obras emblemáticas de la Exposición Iberoamericana de 1929, además de la famosa Plaza de España, otra obra de Aníbal González es el Pabellón de Arte Antiguo, que actualmente alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. Este edificio se caracteriza por su estilo neomudéjar, que combina elementos históricos con una estética contemporánea.

También en el contexto de la Exposición Iberoamericana de 1929 se erige, frente al Pabellón Mudéjar, el Pabellón de Bellas Artes, conocido igualmente como el Palacio del Renacimiento. Este magnífico edificio, que actualmente alberga el Museo Arqueológico de Sevilla, fue diseñado por Aníbal González y se distingue por su estilo neoplateresco, reflejando una fusión de elementos clásicos y ornamentación detallada.

Situado en la Plaza de América, junto al Pabellón Mudéjar y al Pabellón de Bellas Artes, se encuentra también el Pabellón Real. Esta es otra de las obras destacadas de Aníbal González, que actualmente alberga diversas dependencias municipales. Su diseño se caracteriza por líneas neogóticas que rinden homenaje a los estilos clásicos de Sevilla, complementadas con una rica ornamentación tallada en ladrillo.

Ubicado en el Casco Antiguo de Sevilla, en la esquina del cruce entre las calles Santa María de Gracia y Martín Villa, se encuentra el Edificio para Manuel Nogueira, que hoy en día es conocido como el «Edificio Bankinter». Esta construcción marcó un hito en la trayectoria de Aníbal González, ya que fue su primera obra en estilo neomudéjar, representando un cambio significativo en su enfoque arquitectónico al dejar atrás el modernismo. Es considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura residencial neomudéjar en la ciudad.

La Casa Álvaro Dávila, marqués de Villamarta, fue construida entre 1915 y 1917 por encargo del propio marqués, bajo la dirección de Aníbal González. Este edificio se sitúa en la Avenida de la Constitución, en la esquina con la calle García de Vinuesa, justo frente a la Catedral. Representa una fusión de estilos neomudéjar y plateresco, característico de la primera etapa del regionalismo, y destaca por el uso del ladrillo como material principal en su construcción. Uno de los elementos más singulares de esta obra es su escalera exterior, que presenta una planta poligonal, aportando un carácter distintivo y atractivo a la fachada del edificio.

Ubicada también en el Casco Antiguo de Sevilla, en la calle Mateos Gago, se encuentra La Casa de las Conchas, una obra que toma como referencia la famosa Casa de las Conchas de Salamanca. Sin embargo, a diferencia de su homónima, la fachada de este edificio no presenta conchas, sino que está adornada con medallones que representan figuras humanas, animales y elementos vegetales.

En la calle Alfonso XII se encuentra la Casa Laureano Montoto, finalizada en 1906 y destacada por su impresionante fachada de ladrillo, adornada con balcones de piedra de formas curvadas. Esta obra es un claro ejemplo del estilo modernista que Aníbal González cultivó a principios del siglo XX. Su decoración incorpora figuras mitológicas, dragones y elementos naturalistas.

Otra obra a destacar de Aníbal González es la Casa del Conde de Ibarra, ubicada en la esquina de la calle San José. Se trata de una construcción de estilo neomudéjar que se distingue por su diversidad de arcos y el uso de ladrillo cortado, así como por sus amplios paneles de azulejos. A diferencia de otros edificios neomudéjares que presentan fachadas completamente de ladrillo, este edificio combina un paramento encalado con meticulosos detalles decorativos, lo que le confiere una vivacidad cromática notable.

En plena Avenida de la Palmera se encuentra otro proyecto de Aníbal González, finalizado en 1926. Se trata de un chalet construido para Torcuato Luca de Tena y Álvarez Ossorio, primo del arquitecto, y se ha consolidado como uno de los edificios más emblemáticos de la zona. Además, figura en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Su fachada este, la que da a la avenida, es especialmente notable, ya que presenta una loggia o pórtico en ambas plantas, decorada con arquerías de medio punto elaboradas en ladrillo cortado y tallado, sostenidas por columnas de mármol de orden compuesto, lo que resalta la elegancia y el estilo distintivo de este edificio.

Por último, nos dirigimos al barrio de Triana para observar otro de las obras más emblemáticas de Aníbal González. Se trata de la Capilla del Carmen, situada en la entrada del barrio, en el Altozano, junto al Mercado de Triana. Esta capilla se caracteriza por su construcción de ladrillo y cerámica típica trianera, además de por su cúpula, que ostenta el escudo del Carmen. Asimismo, cuenta con una verja acristalada, un detalle que facilita el culto continuo. Muchos, al cruzar el puente, aún mantienen la costumbre de santiguarse ante la Capilla del Carmen.