Este convento de Sevilla esconde una tienda con dulces centenarios y vistas secretas

Entre los muros del Monasterio de Santa Paula, las monjas jerónimas elaboran dulces y mermeladas artesanales con siglos de historia

Un túnel subterráneo en Sevilla que conecta dos edificios históricos y que muy pocos han visto

El Monasterio de Santa Paula, en Sevilla ABC

En una de las calles más tranquilas del casco histórico de Sevilla se alza el Monasterio de Santa Paula, fundado en el siglo XV y habitado por monjas jerónimas. Es uno de los conventos más representativos y mejor conservados de la ciudad, y también ... uno de los más accesibles, ya que las religiosas mantienen abierta al público una colección artística permanente, con entrada a pocos euros, que permite conocer de cerca su historia, su arte y parte de los claustros.

Pero además, dentro de este monasterio late un secreto que muy pocos conocen: una tienda artesanal en la que se pueden comprar los dulces conventuales elaborados por las propias monjas, con recetas centenarias que se han transmitido de generación en generación.

Mermeladas artesanales y dulces con historia

En el obrador del Monasterio de Santa Paula, las hermanas preparan con paciencia y devoción sus famosas mermeladas artesanales, elaboradas con frutas naturales y siguiendo un proceso tradicional.

Los sabores más populares son auténticas joyas gastronómicas: crema de batata, castaña y membrillo, o las exquisitas gelatinas de azahar y jazmín, tan suaves como aromáticas. Pero su oferta no termina ahí: también elaboran alfajores, miel pura, turrón y los clásicos tocinos de cielo, pequeños bocados de historia sevillana.

Cada dulce, cuidadosamente envasado, se puede adquirir en la tienda del convento para disfrutar acompañado de un café o infusión.

Visitas poco conocidas por solo 6 euros

El día en Santa Paula comienza temprano. A las 6:30 de la mañana, las monjas inician su jornada con la alabanza divina, seguida de oración personal, desayuno y las labores diarias en el obrador, la enfermería o el ropero. Entre rezos y tareas, el silencio y el aroma a confitura se mezclan, creando una atmósfera única que parece detenida en el tiempo.

Quienes visitan la colección artística permanente no solo descubren retablos, pinturas y esculturas de gran valor, sino también una de las vistas más secretas de Sevilla: los claustros y jardines interiores del monasterio, refugio de silencio y serenidad en pleno corazón de la ciudad.

El Monasterio de Santa Paula por dentro Monasterio de Santa Paula

Así, este convento sevillano se convierte en mucho más que un lugar de culto: es un pequeño paraíso de calma y dulzura, donde saborear la historia de la ciudad en cada cucharada de mermelada.

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