Simón Arrebola: «Los jóvenes pintores no deben someterse a la dictadura del mercado»

Arrebola que hiciera en 2010 su primera exposición en la desaparecida galería Isabel Ignacio con el título de 'El cuarto de las maravillas', siempre ha fijado su vista en personajes míticos para conseguir la inspiración. Así lo hizo en la anterior muestra de 2022, titulada 'La condición humana', donde interpretaba las diez tragedias de Shakespeare.

La pintura de Arrebola es casi escenográfica y tiene tres ejes principales: arquitectura, paisaje y figura. «Es verdad que me interesa mucho la escenografía, porque soy un apasionado y consumidor del teatro y de la danza. Me interesa esa actitud de la figura en movimiento y también me el movimiento que está en potencia, que es algo muy mental, porque te tienes que imaginar cómo se va a mover esa figura. En mis cuadros hay un espacio irreal que quiero que sea creíble, algo como en el teatro, aparece en escena, parece un bosque, una casa, pero no lo es, aunque se tenga sensación de credibilidad, que es lo que nos fascina», confiesa.

Pero no se engañen, en una primera visión los cuadros de esta exposición parecen tener una mirada amable, casi naíf, pero no, detrás hay una distorsión en forma de controversia entre esos personajes que parecen disfrutar y no todos lo hacen, el pintor nos hace fijarnos bien. «No, no son tan buenos como pudiera parecer, y por eso me interesaba ese toque moralista de la frase de Claraval, además del imaginario del Bosco, que me ha influido mucho a lo largo de todos los años. Por eso la idea del parque temático, un entorno feliz y agradable, pero si te fijas bien, hay cosas que no lo son. Hay personajes que huyen de la atracción, otros que no soportan el alineamiento del engranaje... Es como una metáfora de nuestra existencia, de la condición humana». En medio de tanto color y atracciones hay tragedia. «Sí, vuelvo a mirar hacia el hombre. Ya lo hice con la exposición del año 2022 sobre Shakespeare, que es uno de los escritores que mejor ha abordado la condición humana».

Desde 2010 dice que cada exposición es un reto, «pero soy honesto conmigo mismo y quiero que mi manera de pintar sea reconocible. Le doy importancia al dibujo, a la composición y me planteo las interrelaciones del color con cada cuadro, que cada obra sea una aventura. Paso mucho tiempo pintando cada pieza, y en estos años he vuelto un poco al comienzo con la geometrización de la figura y la importancia de lo arquitectónico, reivindicando el dibujo previo».

Profesor de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, ha reivindicado siempre la pintura dentro de esa generación a la que pertenece denominada Nueva Figuración, «y también siempre he reivindicado el dibujo», asegura.

Cree que la pintura está pasando por un momento bastante feliz, «pero hay que tener cautela, sobre todo respecto a nivel comercial y de mercado. Ahora a los coleccionistas les ha dado por la pintura, pero a mucha gente se le está yendo de las manos porque están empezando a hacer inversiones cuantiosas, y es peligroso que eso se convierta en una moda, sobre todo para las nuevas generaciones. Los jóvenes no se deben someter a la dictadura del mercado, porque eso es una trituradora. Hay gente que no puede aguantar la demanda y se acaban saliendo del engranaje. Hay mucho de inversión en el arte, y a veces hay coleccionistas que compran obra porque es de un autor mediático que ni siquiera les gusta, y lo único que quieren es venderlo, porque ahí está el negocio».

El artista prosigue diciendo que «quiero imaginar que luego vendrá un momento de orden, y que toda esta gente que está saliendo consigan estabilizarse, aunque el mercado esté siempre ahí. Hay que saber decir que no, y si no puedes hacer una exposición individual cada año, pues cada dos o tres. Hay que hacer una obra de calidad».

Como profesor encuentra gente muy creativa, pero también otros que no lo son en sus años académicos, «y nunca se sabe en el futuro lo que va a suceder. De unos años para acá sí veo que la situación es de gran incertidumbre y apatía porque no saben lo que va a suceder cuando acaben su formación. Les digo que persistan, porque si te gusta esto, aunque sea muy cuesta arriba, al final los proyectos quiero pensar que salen. Yo sabía que quería ser pintor, y lo que trato ahora es devolver a mis alumnos el apoyo que recibí en los inicios».

La exposición 'De buenas intenciones' que reúne piezas de mediano y gran formato, así como otras obras en pequeño tamaño, estará bierta en la galería Birimbao hasta el próximo 20 de febrero.