Paco Broca: «Hay un regreso al paisaje y a la figuración»

El artista acaba de inaugurar en el Museo Bellver de Sevilla la exposición 'Del Paisaje a la Abstracción Romántica', una muestra de grandes lienzos llenos de color, dividida en dos salas, en las que también se exponen los interesantísimos blocs de dibujo, bocetos previos que Broca siempre inicia antes de manchar el lienzo.

«El tema del paisaje para mí ha sido fundamental. Nací en las afueras de Sevilla, en la fábrica Cros, donde creaba escultura con los residuos de la fábrica. Por eso vivo atrapado por la Naturaleza, y siempre pinto paisaje. Y romántica porque la aproximación al paisaje ha ido tendiendo más al detalle, lo que me ha llevado más a la abstracción. Porque, ¿cómo se representa el aire o el agua? Por ejemplo, he cogido el paño de sebka de la Giralda, esa ornamentación que usaban los árabes, pero que luego el pueblo mudéjar retomó. El paño de sebka de la Giralda tiene, además de esa geometría del agua, una palmerita incrustada dentro del sistema romboidal. Interesantísimo».

Parece que los pintores están a nuestro alrededor para hacer que miremos lo que no vemos, «sí, pero también cada uno hace una lectura, porque me sorprende que cosas que yo no veía, me dicen otros que sí las ven».

En dos momentos muy críticos de su vida tuvo problemas nada menos que con la vista. «Tuve un desprendimiento de retina, primero en un ojo, y se curó bien. Y luego me ocurrió al cabo de los diez años en el otro ojo, y también me curaron. Hubo un momento en que me planteé: 'Si quedo ciego, qué hago. Me tendré que dedicar a escribir, a hacer escultura, pintar con materia monocromática...' Yo me planteaba que si no pudiera pintar iba a perder el tiempo, y el hecho de que pueda ocurrir algo así te provoca trabajar más».

Paco Broca cree que su pintura se encuentra en un buen momento. «Yo sigo trabajando fuerte, además me preparo todos los materiales, la tela, los colores, hago el bocetaje...».

Opina que la pandemia fue terrible para mucha gente. «Para mí fue un inciso, yo estaba pintando. Se paró el tiempo y ahí pude permitirme trabajar con comodidad sin interrupciones. Tenía materiales de sobra, así que desarrollé un enorme trabajo».

La exposición recoge obra de hace cuatro años a la actualidad, «porque un cuadro lo mismo lo empiezo hace cuatro años y no lo termino hasta ahora. A veces dejo descansar los cuadros».

Percibe el actual mundo de la pintura sevillana con «muchas ganas. Es verdad que el mercado se paró, pero yo creo que hay un resurgimiento y mucha gente joven trabajando fuerte. He visto que el paisaje y la figuración, parecía que era algo obsoleto, y no, entra una corriente de gente nueva figurativa que es muy buena. Lo de la figuración y la abstracción es resbaladizo. Mi pintura puede ser figurativa, pero si la cambias de escala puede ser abstracta».

No se sitúa en ninguna generación de pintores. «El sentido romántico que tiene mi pintura me ha hecho ser independiente. No me he apuntado a ninguna moda, siempre he ido a mi ritmo intentado no acoplarme a nada», dice el artista, que gracias al trabajo de su hijo ha descubierto el color flúor, un color con el que ahora está investigando para un futuro próximo.