El firmamento de Luis Gordillo ilumina el Espacio Santa Clara

El dormitorio alto está inundado de cuadros enormes, y al final de las salas, una videoproyección realizada para esta exposición, que a modo de bucle, muestra las imágenes fotográficas que Luis Gordillo tomó durante 2014, así como imágenes del proceso de realización de diferentes obras. La muestra se inicia con una obra titulada 'Aire a través de las ventanas' y concluye con las piezas 'Kilowatios kilométricos' y 'Una dramática objetual', que dan paso a 'Alma de robot líquido', obra que resume en gran parte el manual de pintura de Luis Gordillo.

Luis Gordillo recibe al alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz a pie de escalera. El político confiesa sin rubor que la visita que hizo en su día al pintor en su estudio de Madrid «fue un auténtico flechazo con la persona y con su obra», comenta.

Gordillo atrae a pintores, y, sobre todo, curiosamente, a los más jóvenes. Entre el público, además, sus galeristas, Rafael Ortiz y Rosalía Benítez, sus hermanas y la coleccionista y patrona de su fundación, Pilar Citoler. Pintores como Ignacio Tovar, Manolo Cuervo, Fernando Clemente, Concha Ybarra, Curro González, Juan José Fuentes, Rubén Guerrero, Inmaculada Salinas, Ruth Morán, Virginia Saldaña, Mar García Ranedo, Irene Infantes, etc. Ninguno se ha querido perder a Gordillo en Sevilla.

Entre ellos José Miguel Pereñíguez, quien recientemente ha presentado su cartel de la hermandad de la Macarena y quien a sugerencia de Gordillo, cuando éste fue galardonado con el Premio Velázquez, recibió la beca del mismo nombre.

Rubén Guerrero también deambulaba por la exposición. En el año 2020 Guerrero y Miki Leal participaron junto a Luis Gordillo en una experiencia denominada 'Triplex', donde los pintores intervenían en las obras de los otros. La exposición también se pudo ver en Santa Clara. «Fue una experiencia extraordinaria, con una relación de amistad magnífica y generosa por parte de Gordillo».

Guerrero, quien guarda un inmenso recuerdo de aquella muestra dice que «Gordillo ha traído aquí la artillería. No se ha quedado corto. La obra me parece más fresca y joven que nunca. Siempre me he planteado cómo iba a madurar mi trabajo, porque el trabajo de Luis no envejece, siempre tienes algo que descubrir, y eso es muy difícil».

Pilar Linares, comisaria de la muestra, explica que se han elegido las obras de los últimos veinte años. «Queríamos grandes formatos y que funcionaran entre sí, y en base al color tuvieran una unidad. Ése ha sido el criterio de selección».

Por su parte, el otro comisario de la exposición y estudioso de la obra de Gordillo, Luis F. Martínez Montiel, habla sobre los cinco vídeos que se han hecho sobre Gordillo. «Son fotos que él hace y que en muchos casos explican o forman parte de los cuadros». Las de esta exposición son obras que han tenido muy poca itinerancia, y estaba en el almacén del pintor, dice. «Él se ha emocionado al volverlas a ver porque le ha recordado que estaba trabajando en un sentido que se le había olvidado».

Martínez Montiel tiene la sensación de que, con la carrera larga de Luis Gordillo, parece que está haciendo una obra residual, «y ayer le decía que todo el siglo XXI, cuando se mire con perspectiva y la historia filtre estos cuadros, significarán un hito en la obra de Gordillo, porque ahí se ve un corte brusco entre lo que estaba haciendo en el siglo XX y en el XXI, por ejemplo con la entrada del mundo digital y los nuevos medios, la mezcla entre pintura, impresión, fotografía... Todo eso es de una enorme novedad. Creo que ahora está haciendo una obra muy potente. Trabaja con la duda de si es necesario pasar de la foto al cuadro, cuando la foto resuelve y eso es interesante».

Habitualmente el estudio de Gordillo es una alfombra de papeles. «Es un magma de donde fluye todo», dice Montiel, quien asegura que es su caldo de cultivo. «Yo creo que hoy día Gordillo hace un trabajo doble, por un lado reflexiona sobre el trabajo artístico con una labor lenta y ordenada, pese a lo que aparenta, porque la obra de Luis es milimétrica. Sufre cuando no le sale algo y se pelea con él. Lo interesante es que su obra es muy libre por sus años, por su técnica y por no estar sujeto a las modas».

En Sevilla es querido y conocido, tiene sala propia, pero Luis Martínez Montiel piensa que Luis Gordillo no tiene su sitio internacional. «Creo que Luis no tiene una trascendencia con pintores de su misma generación. Obviamente no porque el mundo artístico español no tiene nada que ver por ejemplo con el inglés, pero si Luis hubiera nacido en Inglaterra estaría a la altura de David Hockney», asegura.